El torrente de sa Riera ha aparecido este martes de color blanco por el agua rechazada de la potabilizadora de Son Tugores. Cuando se pone en marcha esta infraestructura, se debe verter al cauce alrededor de un tercio del líquido tratado, por exceso de salitre u otras causas.

"De vez en cuando, se produce el efecto óptico debido a la reacción del agua mezclada", tal como han informado desde la empresa municipal Emaya. "Los técnicos realizan un seguimiento del líquido, que no es ningún vertido contaminante", han destacado.

Además, periódicamente, se lleva a cabo una cloración para controlar las algas que aparecen con el calor, por lo que la mezcla del agua de rechazo y el producto químico podría ser la causa.