El Ayuntamiento inició el miércoles la eliminación de los pilones de la plaza del Banc de s'Oli tal y como quedó establecido en la anterior legislatura pero que ha tenido que esperar hasta este mes de otoño.

Los restauradores pidieron a Movilitat que se quitasen y su regidor, Francesc Dalmau se comprometió a hacerlo además de reorganizar el tráfico de esta plaza en la que ya no se puede aparcar.

Tanto vecinos como restauradores y comerciantes llevaban tiempo pidiendo que se quitasen los estacionamientos, solo que al no quitar los pilones, algunos se han visto perjudicados al restarles la superficie exigida para poder poner una pequeña terraza, algo que sí pudieron llevar a cabo otros.

La nueva normativa de terrazas ha afectado de manera desigual a los negociantes de la plaza. Algunos le recordaron a Alberto Jarabo que "la plaza es peatonal".

Aseguran que no quieren ser "la segunda edición de la plaza den Coll", saturada de terrazas con la consecuente pérdida de espacio público para transeúntes, pero que "hay lugar para todos".

Ahora respiran con la retirada de los pilones. Desde Movilitat han indicado que el arreglo del pavimento "tendrá que esperar".