Hace justo un año, el Ayuntamiento derribaba dos casas en sa Gerreria, totalmente en ruina y cuyos propietarios no se habían responsabilizado de garantizar la seguridad alrededor. En estos momentos, Cort tiene en lista de espera 20 demoliciones más, totales o parciales, en propiedades privadas que se ve obligado a ejecutar ante la pasividad o negativa de quien debe hacerlo. Esa veintena de derribos son solo una parte de las 80 actuaciones subsidiarias de todo tipo que tiene acumuladas ahora mismo el Consistorio y que va solucionando a un ritmo lento, condicionado por el coste que suponen estos trabajos.
En ese listado de 80 actuaciones subsidiarias no todas tienen la misma consideración ni peligro. En algunos casos puede tratarse tan solo de adecentar un solar abandonado y en otros, más graves, de apuntalar un edificio o incluso de demolerlo debido al peligro que su estado supone.
Presupuesto insuficiente
Esas obras se van llevando a cabo "por orden de necesidad y urgencia", explican desde el departamento de Urbanismo de Cort. "El presupuesto siempre es insuficiente para realizar todas las actuaciones subsidiarias que hay, pero no tenemos que olvidar que la responsabilidad es de los propietarios y les instamos a actuar antes de que se convierta en un peligro para la seguridad en la vía pública o perjudique a los edificios adyacentes", añaden fuentes oficiales.
El Ayuntamiento se ve obligado a actuar en propiedades ajenas en casos de peligro para la ciudadanía o foco de molestias, siempre y cuando el propietario no haya respondido a los requerimientos oficiales. El coste de la intervención municipal debe repercutir después en la propiedad, aunque a la hora de cobrar cada caso es diferente, depende de la cantidad reclamada y de las circunstancias de la propiedad, explican desde Cort.
164.000 euros en facturas
En los años 2017 y 2018 se han realizado seis actuaciones subsidiarias que han supuesto un coste de 164.801,71 euros. De estas seis intervenciones, dos fueron demoliciones totales, para las que el Ayuntamiento destinó 78.635,35 euros en un caso y otros 77.790,03 euros en el segundo. Fueron las dos casas de sa Gerreria, una en la calle Forn d'en Vila y otra en la calle Bosc. Antes de que se llevaran a cabo esos derribos, habían pasado años sin que el Ayuntamiento derribara un edificio, según explicó en su momento José Hila, responsable de Urbanismo en la pasada legislatura y actual alcalde.
Las dos demoliciones se llevaron a cabo después de que los inmuebles hubieran sido declarados en ruina y de que se hubiera vallado a su alrededor por seguridad, incluso se cortó la calle Forn d'en Vila por el peligro. Una situación que se prolongó durante más de un año hasta que finalmente Urbanismo actuó.
El resto de actuaciones subsidiarias en estos dos años mencionados supusieron importes menores, desde 3.993 euros a 138,35 euros.
El personal del Ayuntamiento es consciente de la acumulación de actuaciones subsidiarias sin ejecutar. Muestra de ello es la respuesta que el departamento de Disciplina y seguridad de los edificios dio en abril a los vecinos del Coll d'en Rabassa, en la que se señalaba la "larga lista de ejecuciones pendientes" antes de que se pudiera retirar subsidiariamente el cartel luminoso de la fábrica Ilma, todavía instalado.
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