La calle Unió se convirtió ayer en la pista de juegos destinados a que los niños aprendan a moverse por la ciudad con criterios sostenibles. Por ello, se montaron distintos talleres y actividades para que de una manera lúdica, las familias aprendan no solo normas de civismo vial sino también tomen conciencia de que la ciudad hay que recorrerla a pie, en bici, en patinete o en autobús.

A Toñita y Elvirita Rosselló Fornés, de 4 y 2 años, les encanta ir en bici. Por eso su madre no dudó en apuntarlas al curso básico dirigido por la Policía Local en el que a través de un circuito frente al Teatre Principal se aprendieron las normas básicas del pedaleo.

Daniel Nieto de 5 años fue amonestado cariñosamente por un agente porque "cruza sin mirar". El crío abrió los ojos como platos. Su madre Irene Nombela, directora de Movilidad, agradeció la pedagogía. "Palma se suma a la Semana Europea de la Movilidad con distintas actividades como las dirigidas a las familias con sus hijos. Hay que aprender a conocer las señales de tráfico, los buenos hábitos, ya desde niños. El espacio público es para el peatón", aseguró el regidor de Movilidad Francesc Dalmau.

A Javier Noguerol y Olga Marigil les vino de miedo la actividad. Recién llegados a Mallorca, sentados en el bar Bosch les contaron que había juegos para niños. La pequeña Carla de 1 año y su hermano Raúl de 3 movían sin parar los cochecitos de madera.

Rodrigo Caiado, con su hijo Duarte de 20 meses y con su hija Guiomar de 4, se apuntó al circuito de los imaginativos Lila Juegos Recilados que como si fueran picapiedras con un leño y cuatro hierros fabricaron el troncomóvil que fascinó a Duarte.