El presidente de Emaya, Ramón Perpinyà, manifiesta que las dos depuradoras de la ciudad cumplen con la normativa actual. Según el también concejal de Medio Ambiente, el problema de los vertidos se debe a la falta de capacidad de las dos plantas cuando se producen lluvias torrenciales o alguna avería. La de Sant Jordi fue íntegramente renovada con aportaciones estatales a mediados de la primera década de este siglo, mientras que la del Coll d'en Rabassa, construida en el año 1975, debería haberse renovado en 1993 también a cargo de fondos estatales. Precisamente el próximo día 16 el alcalde, José Hila, viajará a Madrid para exigir al ministerio de Transición Ecológica celeridad en la construcción de una nueva depuradora que sustituya a la del Coll.