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Barrios

Palma silba sus quejas

Las ventanillas de reclamaciones ceden el paso a las redes sociales - Las protestas buscan ser rápidas pero sin rigor no hay seguidores

Palma silba sus quejas

Los ciudadanos rugen y se revuelven en sus problemas diarios relacionados con la vivienda, la calidad de vida, el medio ambiente, la limpieza, la convivencia..., como algunos de los grandes quejidos de cualquier ciudad, como Palma, sin ir más lejos. Si la ciudad no responde a sus demandas, ya no son suficientes las protestas cursadas en ventanilla. Hoy las reclamaciones se tejen en red. Facebook y Twitter son las pantallas en las que Palma silba sus quejas.

Asociaciones de vecinos, plataformas ciudadanas, colectivos variopintos o simples ciudadanos de a pie comparten sus problemas para alcanzar al gran público, lo que hoy se denomina hacerse viral, y captar la atención de los partidos políticos, los gobiernos, a ver si hacen de Palma "ese modelo de ciudad" cacareado en los últimos años.

Joan Forteza, presidente de la Federació d'Associacions de Veïns de Palma, valora el uso de las redes sociales no solo para difundir, sino para acceder a otras plataformas, porque "ha permitido que el mundo vecinal esté comunicado con el mundo real, en tiempo real. Si no estás comunicado, no estás en el mundo. Y esto ha obligado a dar respuestas que antes no daban. El ejemplo ha sido la limpieza del torrente de sa Riera. Tendría que haber sido una acción, no una reacción", opina.

Salvador Maimó, representante vecinal de es Fortí, uno de los principales convocantes de la limpieza colectiva del torrente que, ante el apoyo popular alcanzado, acabó asumiendo el Ayuntamiento, indica: "Palma como ciudad lo llega a notar porque se ha abierto esta línea de contacto entre dirigentes y nosotros los ciudadanos". Usan preferentemente Facebook desde 2015 y tienen más de 5.000 seguidores. También silban sus tuits con un alcance de 959 personas que les siguen.

Otras asociaciones de vecinos, como la de El Terreno, "se mueven por ellas para hacer barrio; no somos reivindicativos", indica Xavier Abraham. Facebook es su red.

"Hasta Cristo, pensaba, si viviera en estos tiempos, escribiría en Twitter. "Amaos los unos a los otros", ¿Acaso hay un tuit mejor?", se interroga el escritor Theodor Kallifatides en Otra vida por vivir, un libro de memorias y reflexión de un escritor al borde de la sequía literaria a sus más de setenta años.

Otros se mueven en red de manera coyuntural, forzados por la necesidad de exponer públicamente la reciente pérdida de calidad de vida. Es el caso paradigmático de la plataforma Son Espanyolet Residencial, el colectivo de vecinos sacudido por los abusos del alquiler vacacional en su barrio. Twitter es su herramienta principal "porque es la que usan más los políticos y es la más política, y como somos reivindicativos?", indica uno de los vecinos. "Estamos contentos. Hemos conseguido que nuestras reivindicaciones sean conocidas. Hoy día la lucha se ha de hacer en redes, además de tener marco legal".

Inmediatez y agilidad son algunas de las virtudes, aunque también pueden ser sus argollas. ¿Cómo zafarse de los bulos que corren sin aliento? "La plataforma para ser creíble tiene que aportar material creíble. Los fakes o noticias falsas no son las redes sino las fuentes", recuerdan los de Son Espanyolet.

En un sentido parecido se manifiestan desde Mallorca Blue, una entidad muy activa en denunciar el mal estado del medio ambiente y cómo los cruceros, la falta de limpieza de torrentes y el incivismo acaban afectando al mar, su flora y fauna, y al Planeta. "Lo más importante es la información y compartirla de manera rigurosa. La selección es básica, al igual que la información. La gente también contribuye y da información", cuentan desde Mallorca Blue, cuyos vídeos en Facebook alcanzan a miles de usuarios. "Pero no buscamos los 'Me gusta', sino sacar a la luz problemas a través de vídeos didácticos". Ellos, al contrario que otras plataformas, estriban su éxito "en no ser políticos".

Terraferida y Tot Inclòs

Terraferida

La política como acción social ineludible al individuo en colectividad está en dos de los grupos más activos y combativos en redes: Terraferida y Tot Inclòs. El primero zarandeó con datos irrefutables la política turística del Govern. "La administración negó la saturación pero se comprobó que no tenía ganas de trabajar. Creemos que hemos ayudado a que la reconozcan. Los partidos nos han atacado por mostrar sus vergüenzas", indica Terraferida; puso al descubierto que el mismo Ejecutivo que negaba el crecimiento turístico en Balears permitía la explotación con 624.000 plazas.

Ellos empezaron en 2015 "sin pretensiones". Cuentan con miles de seguidores. Entre sus detractores, "de extrema derecha", les atacan debido a la ley para proteger la posidonia que ellos ayudaron a que fuera menos descafeinada que la propuesta por el gobierno de Armengol.

El rigor en sus informaciones les ha convertido en referentes. Destacan los datos sobre la contaminación de los cruceros en Palma, así como los facilitados sobre el no cobro de la ecotasa a los cruceristas de corta estancia, unos 1,6 millones de personas, un cuantioso beneficio para las arcas públicas de Balears.

Tot Inclòs es un "pequeño colectivo" que, sin embargo, ha alcanzado un eco que "sirve más fuera de las islas que aquí". Denuncian la situación del territorio y la lucha social de las kellys, entre otros temas. "Nuestro objetivo, cuatro años atrás, fue publicar en papel, luego hacer un documental con mecenazgo, y ahora el actual modelo económico turístico. Cualquier día desapareceremos", expresa uno de los integrantes del escueto colectivo Tot Inclòs. "Las redes son una herramienta más. Es como lo que ocurrió en el 94 en Chiapas, sin internet nadie se hubiera enterado. Somos más de papel. Nuestra finalidad no es la red social", admiten.

Son muchas las mujeres en estos colectivos que han hecho de la red su lienzo de protesta callejera. Una de ellas es Sonia Jinchi, de Vianants en Lluita. "Existimos gracias a las RRSS y en ellas estamos luchando para que se respeten los derechos del peatón. Nuestro objetivo es que nuestros políticos, de todos los colores, dejen de hacer políticas de movilidad propias de los años 60", indica. Entre otros logros, las cientos de fotos-denuncia sobre vehículos mal aparcados que impiden el paso a los castigados peatones, los hermanos pobres de las calles.

Otra luchadora es Enqui López, de Ciutat per a qui l'habita, que es otra víctima del acoso inmobiliario de fondos buitre que podría costarle perder su casa. Celebrado el juicio, se ha paralizado el desahucio. La jueza "fue muy receptiva", agradeció esta vecina de Canamunt. "Es importante el uso de las redes para personas como yo, con riesgo de perder la casa, el conectarte con grupos de apoyo como Ciutat per a qui l'habita para reivindicar el uso del espacio público como derecho colectivo, pero debemos reconocer que en redes somos un poco Guadianas. Nos movemos más en la calle", recordó.

El filósofo alemán Markus Gabriel es un lancero contracorriente. "Internet es un ataque al pensamiento perpetrado por gente muy brillante, que emplea su pensamiento en explotar a otra gente. Es una manipulación malvada que convierte a la gente en criaturas sensoriales, adictas y yonquis de la información, que necesitan la siguiente dosis y que son vulnerables, por lo tanto manipulables".

Frente a su discurso disruptivo, reivindicaciones vertidas en redes han supuesto éxitos. La última, el manifiesto contra los megacruceros en Palma que arbitró Palma XXI. "Las redes pueden ser una herramienta muy potente para interpelar a las instituciones públicas e impulsar medidas en beneficio de la ciudadanía", apunta María Reyero, responsable de comunicación del colectivo.

Años atrás, usar redes fue clave en la campaña Al Molinar Port Petit, sin desdeñar los medios de comunicación tradicionales.

"Cort está muy atrasado en su sede electrónica"

La Federació de Veïns de Palma cuenta que hace seis años que solicitan al Ayuntamiento que active su sede electrónica, "pero siguen muy atrasados, y el Consell también, en materia informática". Joan Forteza opina que es "inadmisible que paguemos 250.000 euros trimestrales por un servicio que no funciona bien". La página web del Ayuntamiento fue pirateada recientemente y, durante algo más de dos horas, estuvo inhábil. El pirata informático vertió en ella insultos y amenazas al anterior alcalde Antoni Noguera. Se ha denunciado el caso a la Policía. L. D.

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