Los dinosaurios se extinguieron en Son Gual. El parque temático que se anunciaba con un reptil de cartón piedra en la carretera de Manacor ya no existe, por lo que la indicación más ilustrativa para saber dónde está la urbanización perteneciente al municipio de Palma es un peculiar depósito de agua azul y blanco. Una señal de desvío lleva a este lugar dividido en Son Gual I, una zona de chalés que aún no ha sido asumida por el Ayuntamiento, y Son Gual II, con 203 viviendas construidas en varias fincas de pisos, 36 de ellas de protección oficial. Alrededor de medio millar de personas vive en esta segunda urbanización, que se encuentra en medio de la nada tras cruzar un bosque por una carretera sin señalizar y con numerosas pendientes.

A 18,5 kilómetros de la ciudad, los vecinos se sienten totalmente abandonados por el consistorio. Es suficiente con darse un paseo nocturno por allí para comprobar, por ejemplo, que las pocas farolas que se encienden parpadean de tanto en tanto e incluso se apagan cuando uno menos se lo espera. El presidente de la asociación de vecinos, Antonio Vázquez, detalla que el alumbrado público de la calle Castellitx tiene 22 luminarias apagadas y siete encendidas, y el de Vallgornera, 12 sin luz y cuatro en funcionamiento. No hay más viales habitados. "Hasta ahora no se encendía ninguna, aunque hay que continuar yendo con linterna a tirar la basura", lamenta.

La escasa iluminación es solo uno de los problemas. Otro de los graves es que no están conectados con ninguna línea de autobús. "Quien no tiene coche no puede vivir aquí -critica-, ya que no hay parada de la EMT y, para coger la línea del TIB (Transports de les Illes Balears), es necesario avisar a un número de teléfono con dos horas de antelación, caminar por la carretera cuatro kilómetros y esperar en la parada situada junto a la rotonda", describe el portavoz vecinal. Para el viaje de regreso, no hay que llamar previamente, pero "cuando es de noche, imagínate lo que supone ir caminando por la carretera con tramos en los que no hay luz ni aceras, con niños o para la gente mayor". La solución ofrecida por Cort es "el llamado taxi a demanda, que es totalmente insuficiente, debido a que hay que comprar los tiques en Palma y solo te llevan a centros escolares y de salud de Son Ferriol", explica.

Hierbajos y aceras rotas

Además de peticiones tan básicas como el alumbrado y transporte público -"no queremos más de lo que tiene cualquier otro barrio de Palma", dice Vázquez-, solicitan el mantenimiento de la carretera de acceso, ya que "hace por lo menos 15 años que no pintan las marcas viales"; la instalación de señales verticales que indiquen dónde está Son Gual II; el desbroce de los hierbajos y ramas de los árboles que invaden las aceras, porque hay tramos donde es necesario bajar a la calzada para transitar; y el arreglo de las aceras que están levantadas o rotas.

Por último, solicitan presencia policial y, en general, no seguir siendo los olvidados de Ciutat, porque aunque Son Gual esté en la foravila, sus habitantes pertenecen a la capital balear.

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