Dentro de poco se cumplirán diez años del derrumbe de un edificio en la calle Rodríguez Arias que acabó con la vida de siete personas. Ahora el Ayuntamiento ha iniciado los trámites para deshacerse de los escombros del inmueble, que desde 2009 permanecen acumulados en terrenos de Emaya en EmayaSon Reus.

Los restos del edificio entero, de cuatro plantas, se trasladaron desde Camp d'en Serralta hasta el solar cedido por Emaya dos días después del trágico derrumbe, y allí se dejaron mientras se llevaba a cabo la investigación judicial para esclarecer posibles responsabilidades del mortal suceso. Esas pesquisas se cerraron en 2011, pero de los escombros nadie se ocupó y ahí se quedaron hasta que el área de Infraestructuras se ha decidido a trasladarlos a la planta de Mac Insular para su correcta gestión.

Un cálculo aproximado

El coste del traslado está presupuestado en 16.000 euros que asume el Ayuntamiento, quien también asumirá la factura del tratamiento en la planta de gestión de residuos. Fuentes municipales han indicado que el Consistorio se hace cargo de este coste "por sensibilidad" con lo que ocurrió.

Los técnicos municipales han hecho un cálculo aproximado de la cantidad de escombros, que ya una vez en la planta de tratamiento de residuos habrá que clasificar. A través de una imagen, el área de Infraestructuras ha estimado que se trata de 450 metros cúbicos de diferentes materiales de obra, entre los que no se descarta que haya restos de fibrocemento.

El traslado de los escombros y limpieza de los 620 metros cuadrados que han ocupado durante diez años en Son Reus se ha adjudicado a la única empresa que se ha ofertado, que en cuestión de tres semanas deberá retirarlos y llevarlos a las instalaciones de Mac Insular en la carretera de s'Aranjassa a Llucmajor.

Una trágica noche

El derrumbe del edificio, situado en el número 19 de Rodríguez Arias, se produjo al filo de la medianoche, el 26 de octubre de 2009, y fue el más grave de los ocurridos ese año en viviendas en todo el país y uno de los más graves de esa década debido a las siete víctimas mortales. Solo uno de los habitantes de la finca que se encontraba en ella sobrevivió.

Durante toda esa noche, unas 150 personas, entre bomberos, policías, médicos y voluntarios estuvieron retirando cascotes para recuperar los cuerpos, una tarea que fue lenta y peligrosa, ya que una parte del edificio había quedado en pie.

De las fincas más próximas fueron desalojados decenas de vecinos, por precaución y, al segundo día, Cort derribó de forma controlada lo que quedaba en pie del inmueble derrumbado.

El solar del edificio ahora. M.M.

En febrero de 2011, el titular del juzgado de instrucción 1 de Palma ordenó el archivo de la causa abierta al considerar que fue un accidente sin responsabilidad penal. El juez concluyó que el derrumbe se debió a que habían fallado los muros de marés de la planta baja por envejecimiento del material, (la construcción databa de los años 30 del siglo pasado), que no soportaron el peso de los tres pisos que se habían levantado encima en 1958.

Unos 450 metros cúbicos de restos en 620 metros cuadrados

La imagen de arriba forma parte de la documentación del Ayuntamiento para adjudicar el traslado de los escombros. Lo que fue el edificio, de cuatro plantas, permanece acopiado en terrenos de Emaya en Son Reus.

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