Santa Catalina es el segundo barrio de Palma en reducir la velocidad de los coches a 30 kilómetros por hora. La primera zona 30 fue la de Son Sardina. Entre septiembre y octubre, se incorporarán El Vivero y el Rafal. Génova ha solicitado también la implantación de esta medida. La idea, según ha expresado el regidor de Movilitat, Francesc Dalmau, es que "toda Palma sea zona 30".

Este deseo en el que trabaja Cort obedece a "pacificar el tránsito" gracias a que los coches se ven obligados a no sobrepasar este límite de velocidad y que "garantiza la seguridad peatonal y reduce la contaminación atmosférica y los ruidos".

A ello cabe añadir que "va a aumentar el espacio donde van a poder circular los vehículos de movilidad personal", los llamados VMP.

Se trata de una petición vecinal de largo recorrido. "Satisfechos" con la puesta en marcha, los residentes en esta zona piden dar un paso más, que se amplíe la ORA, "tal como nos prometió a los vecinos el anterior regidor, Joan Ferrer", ha recordado Miquel Vidal, secretario de la asociación vecinal El Raval de esta zona de Santa Catalina.

Dalmau atiende la petición y ha señalado que buscarán alternativas al estacionamiento con la creación de un aparcamiento en la plaza Progreso. Por ahora está muy verde porque "al estar la gasolinera, hay que adaptarse a la realidad".

Dalmau, junto a Angélica Pastor, regidora de distrito, e Irene Nombela, directora de area, han recorrido la nueva zona 30 que está señalizada entre los ejes de la calle Industria, Joan Crespí y las calles Espartero, Compte de Barcelona y Caro.