El mallorquín ha vuelto a zarpar. Ha recalado en la calle Ramón y Cajal. Esta vez, al frente de la 'nave' está la tataranieta del armador José Estade Homar, que fue quien impulsó el primer buque a vapor que hizo la ruta Palma-Barcelona en 1837. Toshé Estade ha vuelto a poner a flote El mallorquín , esta vez en tierra y con transporte de km 0. La acompaña en la travesía Pepe Carretero.

"Hace diez años monté en Murcia un bar de crisis, y le llamé El mallorquín en honor de mi tatarabuelo. Me fue muy bien, incluso gané premios por mis tapas; pero por distintas circunstancias dejé Murcia porque ahora es mi momento para volver a mis raíces, estar con los míos. Así que a aquel mallorquín le ha nacido un hijo, ¡más grande!", cuenta Toshé Estade.

Para ello, se ha aliado a su amigo y colega de oficio, Pepe Carretero, ambos ingenieros agrónomos, y él también con impronta marinera.

"Mi padre era de Menorca y mi bisabuelo y abuelo tuvieron barcos de mercancías que cubrieron la línea ente Menorca y Alger. Se llamó El paquete Ciudadelano", cuenta el otro tripulante de El mallorquín.

Este buque en tierra ofrece mercancía de km 0 que Toshé convierte en platos y menú del día, en una carta sencilla y a precios ajustados. "Mi pasión es la cocina, y aunque he navegado y trabajado en barcos, donde estoy a gusto es en la cocina", asegura. Por eso, la isla de la cocina está en el mismo espacio que el colmado propiamente. El mallorquín sabe y huele a ultramarino, pero con productos más cercanos. "Me gusta inventar e improvisar, pero siempre con productos muy sanos, locales a ser posible", sonríe Estade.

La carta de vinos es responsabilidad de Pepe Carretero quien durante 20 años estuvo en la DO Binissalem. Se pueden degustar y comprar vinos de toda la península, y desde luego, de Mallorca. Ente los caldos curiosos, el San Clodia que elabora el cineasta Luis Cuerda.

"Hace tiempo que tenía ganas de montar algo así, una tienda con degustación, de productos locales pero combinado. Tosche es una buena cocinera y los platos del día están funcionando muy bien; estamos muy contentos", dice Pepe Carretero.

La zona

A dos manzanas del centro pero alejados de él, han elegido una zona que "es muy barrio", subraya él. No sabían al coger el local que van a ser vecinos de un hotel de más de 150 habitaciones alojado en el antiguo edificio Firestone, propiedad de la cadena HM Hotels.

Cargados de ideas y proyectos, los ingenieros agrónomos seguirán vinculados al mar porque desde El mallorquín van a ofrecer servicio para los barcos. También quieren compartir lo que saben y van a llevar catas de vino y cursos. Por el momento, con poco menos de un mes de singladura, este pailebote navega a buen ritmo. El rumbo está marcado, aunque saben que en la mar todos somos huéspedes. Eolo les es propicio.

Chopin y George Sand viajaron a Mallorca a bordo de 'El mallorquín'

En 1837, un año después de que 'El mallorquín' iniciara sus travesías entre Palma y Barcelona, se subieron a bordo Frederic Chopin y George Sand. En su novela 'Un invierno en Mallorca' menciona el viaje a bordo. A la vuelta, se queja del sonido de los cerdos que les acompaña en una travesía eterna. "Cuando entramos en Barcelona, estábamos tan deseosos de acabar para siempre con esa raza inhumana, que no tuve paciencia de esperar el final de desembarco", escribió. Al buque se le conocía como el 'payés' porque en su mascarón de proa reproducía el perfil de esa raza de "monos" como bautizó Sand a los mallorquines.