Son Busquets ha puesto el foco de las desigualdades en el campo de batalla entre Balears y el Gobierno central, en un lado, y del otro, entre el ministerio de Defensa y el de Fomento. El conseller de Movilidad y Vivienda, Marc Pons, admitió en la comparecencia ante la comisión de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio del Parlament, celebrada ayer a instancias del Partido Popular y Ciudadanos, que "ante la insistencia del ministerio de Defensa de sacar a subasta Son Busquets y no estar de acuerdo con que Fomento adquiera parte del solar, hemos pedido una reunión urgente". La fecha: el 5 de septiembre. El as que buscan para "desatascar" una historia que siempre ha sido un Waterloo entre los distintos gobiernos estriba en el amparo técnico.

En Son Busquets no hay Plan Especial de Reforma, lo que conlleva inseguridad jurídica si alguien puja en una subasta que ha puesto un precio, 45,8 millones de euros, "muy elevado" a juicio de las administraciones baleares. Al argumento legislativo urbanístico, van a pedir rebajar el precio en función del Plan de Equipamientos Comerciales (Pecma) que fue aprobado por el Consell de Mallorca y que supone frenos a la edificabilidad de usos comerciales así como la necesidad de un estudio de movilidad en establecimientos de más de 4.000 metros cuadrados.

Pons insistió en mantener la intención de construir en este solar público, situado junto a la carretera de Valldemossa, las más de 831 viviendas públicas. Se sienten respaldados en la declaración de Sánchez de construir 20.000 viviendas públicas en todo el Estado, sobre todo donde hay carencia y problemas por los elevados precios de este mercado como es el caso de toda Mallorca, con especial incidencia en Palma. Solo que salió el tiro por la culata y Defensa, propietaria del solar de Son Busquets, "no regala nada y defiende sus intereses", expresó el conseller, quien espera que lo de Defensa acabe en manos de los ciudadanos.

Sin convocar la subasta, Balears aprovecha los resquicios técnicos, nada insignificantes, para "desbloquear la actual situación".

Pons ocupó buena parte de su intervención parlamentaria en hacer cronología de una historia que sobrepasa su mayoría de edad.

La oposición

Marga Durán, diputada del Partido Popular, fue belicosa pero "sin argumentos", según Pons. "No es igual que el promotor sea público o privado; queremos que haya viviendas porque es un grave problema. Ustedes han fracasado. Estamos ante la enésima constatación de que Armengol es la peor negociadora en Madrid", acuchilló Durán.

Rebajó el tono Maxo Benalal, de Cs ante "esta subasta que es un absurdo jurídico y donde ninguna persona en su sano juicio se presentaría, pero nos preocupa que se la haya ocultado a la ciudadanía que Defensa va a subastar Son Busquets, como reconoció Truyol".

Desde Unidas Podemos, su diputada Esperanza Sanç, sacó la baza Blas de Otero al decir: "No hay mayor acto de patriotismo que defender el derecho al acceso a la vivienda". De ahí que pidiera, en plan carta a los Reyes Magos, que "ceda al Govern y al Ayuntamiento Son Busquets para que se lleve a cabo el plan de construcción de vivienda pública".

El tono se mantuvo casi fraternal cuando le llegó el turno al diputado de Més Joan Mas Collet. "Nos preocupa que Son Busquets acabe en un proceso de subasta y no sea público".

Pidió al conseller que en las negociaciones "fuesen de la mano" de Arca y de los Joves Arquitectes además de los vecinos.

Le tocó el turno a Jorge Campos de Vox: "Estamos ante la crónica de un despropósito continuado", y lanzó preguntas generales.

Con Joan Melià, de El Pi, subió el tono. Llegó a plantearle al titular de Territorio si impugnaría la subasta: "Aún no lo sabemos. Hay que ver cuestiones técnicas". Unas cuantas más.

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