Sant Cristòfol se ha adaptado a las nuevas maneras de moverse por la ciudad. El benefactor de los conductores bendijo ayer a conductores de vehículos de movilidad personal, los patinetes eléctricos que cada día ganan adeptos. El santo de los conductores es también el patrón del barrio de la Calatrava. Los vehículos que entraron en la zona fueron bendecidos por el párroco Antoni Dols, quien vertió el agua con el hisopo a todo tipo de conductores.

Como es tradicional, los taxistas son fervientes seguidores de este santo que les protege. El primero en ser ungido por el agua bendita fue una taxista que trasladó a unas turistas a un hotel de este barrio que ha visto el aumento de establecimientos hoteleros, no siempre bien recibidos por los vecinos, que dicen haber perdido su calidad de vida.

No se salvó de la bendición el cochecito de un bebé. Su madre agradeció el refresco santificado. Las bendiciones se celebraron en la plaza de Santa Fe, frente a la capilla del mismo nombre, que pertenece a la parroquia de Santa Eulàlia. Por la tarde se reanudaron las bendiciones.

Pregón plurilingüe

Salvador Bonet, el "poetrasto del barrio", como él mismo se presenta, y autor del poema Sa Calatrava mon amour, volverá a ser el pregonero de las fiestas nueve años después, solo que hoy estará acompañado por Edita Navarro, la presidenta de la asociación de vecinos del barrio, y por Uta Gritschke, propietaria de la Bodega de Santa Clara, la antigua Sifonería, y residente alemana con 12 años de residencia en Palma.

Su idea es que el pregón sea dicho en varias lenguas, entre ellas catalán, castellano, inglés y alemán. "Hay quien se ha molestado porque dicen que encima que nos invaden, les recibimos con las manos abiertas", cuenta Navarro. En clave humorística, se hablará del pasado, presente y futuro de un barrio con el mal de la gentrificación.