Más de diez mil firmas se han recogido en un mes contra los megacruceros en Palma. La plataforma contra estos buques, formada por representantes de una veintena de entidades que han organizado esta petición, entre ellos el GOB y Palma XXI, entregarán el próximo lunes el manifiesto en el consolat de la Mar.

Entre las peticiones se solicita limitar la presencia de estos grandes buques uno al día y que no supere la capacidad de 4.000 pasajeros. Se trata de evitar que se repitan cifras como la carga turística del verano pasado traducida en 2,6 millones de cruceristas en Palma.

El modelo turístico de cruceros que ha provocado una carga turística en verano de 2,6 millones el año pasado, "es insostenible y no deseable", han reiterado las voces más críticas a las que se han sumado vecinos de Portopí,Portopí, agotados del ruido de los motores y de los animadores de estos ferries vacacionales, como ha publicado este diario.

Margalida Ramis, del GOB, expresó que "es tarde para poner límites" y criticó que no se hayan adoptado medidas políticas ante una situación "alarmante". Apuntó, y así se recoge en uno de los cinco puntos del manifiesto, la exigencia a la Autoridad Portuaria de Balears (APB) de que controle y publique a diario los impactos medioambientales de los cruceros tanto en consumo de agua, electricidad, además de sus repercusiones en niveles de contaminación del aire y del agua. En este sentido, cabe recordar las impactantes imágenes que ha mostrado la entidad Mallorca Blue.

También a la APB se le pide que exija transparencia fiscal y laboral a las empresas de cruceros ya que existen sospechas sobre ellas, tal y como expresaron los activistas el día de la presentación de la campaña de recogida de firmas, el pasado 9 de junio.

El puerto de Palma registra en un solo día la llegada de cinco cruceros, alcanzando el récord con ocho buques en una sola jornada. La masificación de algunas zonas de Palma, sobre todo en el centro histórico, se traduce en más de 15.000 cruceristas. "Provoca que muchos residentes estén abandonando el barrio", subrayaron desde la entidad Palma XXI.

Otra de las consecuencias negativas es que el barrio pierde músculo comercial tradicional en aras de un consumo de souvenir y que "reporta escasos beneficios económicos", como expresó Joan Forteza, presidente de la Federació de Veïns de Palma, también firmante del Manifiesto anticruceros. Se pide aumentar el impuesto del turismo sostenible que pagan los cruceristas hasta 5 euros para compensar los gastos derivados del impacto de este tipo de turismo de masas en el centro de la ciudad.

Entre las diez mil firmas -el jueves a media tarde la cifra eran 10.015 las personas que han rubricado su no a los megacruceros en Palma- se encuentran las de algunos personajes de renombre como el pintor Miquel Barceló, el cineasta Agustí Villaronga, la cantante Maria del Mar Bonet y el exembajador de Estados Unidos Jorge Dezcallar, entre otros.

Esta cruzada popular tiene también sus detractores. Una decena de asociaciones de restauración, comercio, taxistas y Fomento de Turismo, entre otros, salieron en defensa del turismo de cruceros ya que sostienen que "es muy importante para la economía de la industria balear". Pidieron que "no se le demonice".