“La situación es tercermundista. El ambiente es tenebroso. La gente mayor viene desesperada a pedirnos ayuda”. Son palabras de la plataforma de vecinos Salvem Camp Redó. El suceso del pasado lunes en uno de los pasajes particulares del barrio, donde cayó un árbol y provocó varios incidentes, ha desatado de nuevo el enfado y la angustia entre los residentes. Representados por la entidad vecinal, exigen que Cort priorice con urgencia la atención en su barriada. La zona, según explican, está en una situación tan pésima que los de “toda la vida” empiezan a emigrar a otros barrios.

Los padres lamentan no poder llevar a sus hijos a los parques infantiles si no quieren que presencien escenas de personas bebiendo, defecando y provocando conflictos a plena luz del día.

Salvem Camp Redó asegura que los conflictos y el botellón proceden en gran parte de los usuarios del refugio de Ca l'Ardiaca. La plataforma agradece que los grupos marginales puedan aprovechar los servicios del centro, pero lamenta que luego no se haga un seguimiento de su tiempo libre. Así, la organización asegura que las zonas cercanas al refugio se llenan de personas conflictivas o con problemas toxicológicos. Los vecinos dicen estar "hartos de la permisividad" con la que se les trata. Explican que no pueden descansar de noche con el ruido de la música y los escándalos. Tampoco disfrutan de pasear por su barrio durante el día, donde los conflictos se suceden.

Pavimento peligroso

Además, las infraestructuras de Camp Redó están en mal estado. Las calles Colliure, Felip II, Infant Pagà o Joan d'Àustria "están tan mal asfaltadas que representan un peligro" para los viandantes e incluso para los ciclistas, según asegura la plataforma vecinal. Los socavones del suelo son "un reto" para personas con movilidad reducida o problemas de visibilidad. El área de Infraestructuras de Cort acaba de finalizar obras de mejora en el espacio urbano en diversas calles y en el solar donde en el futuro se prevé construir una zona verde. Y durante el último semestre del año se plantará arbolado para mejorar el barrio.

Sin embargo, la plataforma de vecinos critica que gran parte de estas obras se han paralizado y están sin terminar. El bloque VIII continúa tapiado y abandonado a la espera de su derribo, que está pendiente de que el consistorio licite la demolición.

Asimismo, la plataforma asegura que el Ayuntamiento tiene un informe de peligrosidad del arbolado que elaboró hace años. No obstante, los ejemplares "siguen podridos y los cables del alumbrado se enredan entre las ramas". Razones que, según Salvem Camp Redó, provocan incidentes como los del último lunes: "Había un grupo de niños al lado del árbol caído. Podría haber ocurrido una tragedia", advierten.

La organización recuerda que los programas electorales de todos los partidos políticos del Pacto prometieron medidas de mejora, como aumentar los servicios de limpieza, luchar contra el incivismo o llevar a cabo el Plan de Rehabilitación de las viviendas sociales, pero lamentan que ahora están peor que hace cuatro años. En este sentido, Salvem Camp Redó ha solicitado "con urgencia" una reunión con la nueva concejala de Modelo de Ciudad y Urbanismo, Neus Truyol, para abordar la rehabilitación integral de la barriada. Su principal queja: en los últimos años, Cort sólo ha actuado en 700 metros cuadrados de los 22.000 en los que se debería actuar.

Por último, la plataforma cree que es necesario abandonar la denominación de Corea. Considera que el nombre por el que comunmente se conoce a las viviendas sociales de Camp Redó representa una zona marginal y poco respetada que se debe superar. "Camp Redó es mucho más que eso", concluyen los vecinos.

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