El de sa Llotja es un barrio al que poco a poco se lo está comiendo la actividad turística y comercial y en el que la población residente local ha disminuido un tercio en las últimas décadas, mientras que los extranjeros se han multiplicado por seis. Lo sostiene el último informe sobre gentrificación que ayer presentó Palma XXI. Por lo expuesto y por muchos otros factores, la entidad reclamó al Ayuntamiento un plan especial para recuperar la zona y facilitar que los ciudadanos de clase media puedan vivir allí.

"Sa Llotja necesita un nuevo plan especial, no de rehabilitación urbana y arquitectónica, sino de recuperación del barrio", manifestó Garau. Este plan debería estar consensuado con los vecinos y entidades ciudadanas, añadió el secretario de Palma XXI, quien también apuntó que hay que contar con los comerciantes.

Para Garau, sa Llotja es el perfecto ejemplo de barrio que corre el peligro de "morir de éxito" y el máximo exponente de la gentrificación, con un "desequilibrio" entre la vida vecinal y el turismo. Ejemplo de ellos es la lucha de residentes contra los empresarios por las terrazas.

Según el estudio de campo coordinado por Carlota Cabeza, y en el que también ha participado Juanjo Suárez, en este barrio se ha producido una "gentrificación comercial", es decir, ha ido desapareciendo la tienda de toda la vida y ha abierto otro tipo de negocio. Sobre esta cuestión, Palma XXI ha contabilizado 184 comercios en plantas bajas de los que un 34% son restaurantes, que se concentran en la zona de especial protección acústica de sa Llotja, donde hay 24 terrazas.

Una de las principales calles, la avenida de Antoni Maura, está prácticamente ocupada por terrazas y tiendas de souvenirs, mientras que son pocos los negocios de productos de primera necesidad, expuso Carlota Cabeza.

El precio de la vivienda es otro problema. "Comprar una casa es inaccesible para la clase media mallorquina, incluso para la clase mallorquina media acomodada", dijo Jaume Garau. Según el informe presentado, el precio medio de compra de un piso de unos 120 metros cuadrados ronda los 700.000 euros, mientras que los precios de alquiler oscilan entre 800 y 1.200 euros.

El plan especial para sa Llotja que Palma XXI reclama al Ayuntamiento propone que se abran los edificios institucionales a los residentes, como sa Llotja o los casales históricos que acogen conselleries.

Garau también consideró que debería haber incentivos y facilidades para que los jóvenes y parejas se queden a vivir en el barrio. "Y si tienen dificultades para pagar el alquiler, que tengan una rápida respuesta municipal, dijo. Por último, propuso que Cort invierta en producto local y posibilite que haya espacios para el comercio de aquí.