La organización ciudadana Palma XXI ha detectado 3.000 plazas turísticas ilegales en el centro histórico de la ciudad, ofertadas por canales alternativos a los oficiales y, por tanto, difíciles de controlar.

Jaume Garau, secretario de Palma XXI, aseguró ayer que en el centro histórico de la ciudad se ofertan hasta 3.000 plazas de alquiler turístico ilegales a través de diversas plataformas, como las redes sociales y grupos de amigos, y no solo por los portales de Airbnb o Homeaway. Por ello, prosiguió Garau, la situación es "preocupante" ya que no hay control efectivo sobre esta actividad. "Al aeropuerto llega mucha más gente que las plazas que tenemos, por lo que muchísima gente se va a alojamientos que no son legales", añadió Garau.

El secretario de Palma XXI mencionó que cerca del 50% de la población del centro histórico "es gente que no está asentada en la ciudad, sino que va y viene, ha comprado un piso, pero no vive en él y esta gente que se mueve intenta sacarle rendimiento. Y una de esas formas es alquilándolo. En ocasiones no se están alquilando a través de los canales típicos Airbnb o Homeaway, sino a través de redes de amigos o Facebook".

En relación con el alquiler vacacional, Jaume Garau celebró que se haya archivado la querella de Fevitur (la federación de asociaciones de viviendas y apartamentos turísticos) contra Antoni Noguera por haber restringido el alquiler turístico en las viviendas plurifamiliares de la ciudad. "Es una buena noticia porque con esta denuncia se estaba intentando hacernos creer que un ayuntamiento no puede proteger a sus ciudadanos, es absurdo". "Los fenómenos de globalización y de internacionalización de la vida local en las ciudades es irreversible, lo sabemos, pero otra cosa es que nos dejen secos".

En sa Llotja, barrio que en los últimos años ha ido perdiendo residentes frente al incremento de bares y restaurantes, solo entre noviembre y diciembre del pasado año se identificaron 94 ofertas en diferentes portales.