La zapatería infantil Línea G, que llevaba 35 años en la calle Sant Miquel, cerró para siempre el sábado. Fue pionera en tener calzado específico para prevenir malformaciones tras la iniciativa de los doctores Gasull y Crespí, un traumatólogo y un pediatra que en 1985 vieron la necesidad de ofrecer en Palma zapatos con la horma de la plantilla recta.

La Seguridad Social financiaba este tipo de calzado y plantillas en los años 80, y eran prescritos por un alto porcentaje de médicos, tal como cuenta Sebastià Crespí, el hijo del pediatra que adquirió todo el negocio en 1993. Cuando dejaron de estar sufragados por el Estado, este pequeño comercio empezó a ampliar la oferta, ya que "los clientes dejaron de comprar los zapatos especiales debido a que eran anticuados, limitados estéticamente y muy caros", en palabras del propietario.

Poco a poco se convirtió en una zapatería multimarca con "gran diversidad de calzado infantil de calidad, procedente sobre todo de Alicante", destaca. A pesar de la globalización del mercado y la competencia de grandes firmas y establecimientos, "con esfuerzo, creatividad y el empuje de Mónica Aguiló (su esposa) desde 2004, la tienda continuó siendo pionera y un referente durante esta última década", incide Crespí.

Ahora lo deja "para poder tener más tiempo libre y disfrutar de la familia" y porque "la bajada de la natalidad provoca una tendencia a la baja del mercado". El dueño de Línea G es un gran aficionado a los Beatles y, al igual que ellos, se despide "en lo alto, antes de que llegue la decadencia". Quienes los últimos días se han acercado al establecimiento de Sant Miquel se han encontrado en la puerta un cartel de despedida y "la última frase de la última canción del último disco, Abbey Road.