Los conductores sufrieron durante el día de ayer, especialmente en las horas punta, las nuevas restricciones en la entrada de Palma por la autopista de Llevant.

El departamento de Carreteras del Consell de Mallorca repintó el asfalto y reducido el espacio de los tres carriles de circulación, dejando una zona cerrada anexa a la mediana. Con la reducción de carriles, que ahora son más estrechos que los anteriores, la entrada en Palma se convirtió en un embudo. Solo se recuperó momentáneamente la antigua amplidud a la altura del desvío al Polígono de Levante.

Muchos fueron los conductores que mostraron su disconformidad con la obra a través de las redes sociales, una actuación que pretende convertir la entrada de Palma en un bulevar.

Las obras, que afectan a los 70.000 vehículos que circulan a diario por la zona en sentido de entrada y salida de la ciudad, durarán dos meses.

El objetivo de esta intervención es recuperar la conexión del polígono de Llevant con el frente marítimo y "humanizar", según el término que utiliza el Ayuntamiento de Palma, una vía de gran intensidad de circulación. El precio de adjudicación es de 1,2 millones y el plazo de ejecución es de seis meses.

Esto se hará ampliando la acera del Palacio de Congresos, reduciendo la velocidad los vehículos que entran de 90 a 80 kilómetros por hora, incrementando el ajardinamiento con plantas pequeñas a lo largo de los 850 metros que forman parte del proyecto y, de este modo, transformar una sección de autopista en una sección de tipo vía urbana.

Cabe destacar que el proyecto cuenta con otras actuaciones, como las de incluir dos paradas de autobús, una mejora del drenaje de la zona y una mejora de los tubos de alumbrado y telecomunicaciones.