Emaya ha comprado 1,4 hectómetros cúbicos de agua desalada para afrontar el verano ante la actual situación de los embalses, que están al 47,90% de su capacidad, ha indicado la empresa municipal.

La falta de lluvias ha obligado a Emaya a realizar esta compra de agua a Abaqua por 306.000 euros, para garantizar el suministro y tener reserva, aparte del canon de 3,2 millones de euros fijo que se paga anualmente.

Aunque los embalses se encuentran a bajo nivel, los pozos que también proporcionan agua están en buenas condiciones y durante el invierno se han utilizado las fuentes, han recordado desde Emaya, por lo que en otoño se evaluará si es necesario hacer una nueva compra.

La situación es muy distinta a la del año pasado por estas fechas, tras un invierno en que las reservas de agua estaban a rebosar y Emaya aplazó la compra de agua desalada. En 2018, las lluvias de marzo llenaron los embalses al 100% y la compra de agua desalada se limitó a 542.000 metros cúbicos.

Los 1,4 hectómetros cúbicos que se compran ahora son una cantidad mínima en comparación con los 10,8 Hm cúbicos de agua de 2016 o los 3,7 de 2017.

El nuevo colector comenzará a construirse en unas semanas

Emaya prevé comenzar en en cuestión de semanas, en lo que queda de junio o julio, las obras del colector interceptor que llevará las aguas residuales y pluviales desde el centro de Palma hasta la depuradora del Coll den Rabassa, una vez que el proyecto ejecutivo se entregue este mismo mes, confirmaron ayer fuentes oficiales.

Ya se ha realizado la cata arqueológica en la avenida Gabriel Alomar, donde comenzará el nuevo colector, y también en la zona de la depuradora, donde también se ha desbrozado el terreno y se ha habilitado el camino para trabajar.