La residencia de la tercera edad que la extinta Sa Nostra tenía en la calle General Riera volverá a abrir una década después con un centenar de habitaciones y 156 plazas, repartidas entre estancias individuales y dobles. Las obras de reforma integral del edificio concluirán a finales de este año, por lo que la previsión es poner en marcha el nuevo geriátrico en 2020. El grupo DomusVi, el más importante a nivel estatal en el sector, es el impulsor del proyecto situado entre la citada vía y la calle Can Domenge, que se sumará a otras seis residencias en toda la isla gestionadas por la compañía formada tras la fusión de SAR Quavitae y Geriatros.

El futuro alojamiento privado para personas mayores ocupa una superficie útil de unos 7.600 metros cuadrados y se respeta la característica forma semicircular del inmueble de cinco plantas construido en los años 70 y que fue pionero en cuanto a atención a la tercera edad. Lo único que queda de él es la estructura de la edificación, ya que la adaptación a la normativa que regula estos centros asistenciales ha obligado a demoler los interiores con el fin de reconstruir las dependencias según las exigencias actuales. La antigua residencia tenía más de 200 plazas y ahora se reducen a 156 repartidas en 105 dormitorios más amplios y acordes a personas con alguna minusvalía física.

20 metros cuadrados

El tamaño medio es de 20 metros cuadrados, pero las habitaciones dobles son más grandes, con más terraza y se encuentran en las plantas inferiores. Además de la redistribución de los espacios, las obras iniciadas en 2018 también consisten en la sustitución de las conducciones de luz y agua, los ventanales, la climatización, los ascensores -adaptados para que quepan camillas-, las estancias comunes y la cocina, que estará en el sótano.

La residencia fue cerrada en 2010 y durante los últimos años estuvo ocupada por numerosas personas hasta que en octubre de 2016 fue desalojada por la Policía Nacional tras una orden judicial y después de numerosas quejas de los vecinos de la zona, ya que se habían producido altercados, un incendio, robos en los comercios de alrededor e incluso un intento de suicidio de una menor. Al final volverá a sus inicios y el próximo año se convertirá de nuevo en una residencia de la tercera edad junto a una de las vías más importantes de entrada a la ciudad.