El auge del caravaning ha convertido los barrios residenciales y zonas periféricas de Palma Ante la falta de áreas específicas para autocaravanas y caravanas, que son unas 800 en toda Mallorca, sus propietarios buscan calles amplias donde dejarlos estacionados. Hasta siete durante varios días a lo largo de la calle Callao de Nou Llevant, o las quince aparcadas entre las calles Sevilla y Andalucía de Son Rapinya, son un ejemplo de esta 'invasión', llamativa, pero legal.

La Policía Local de Palma lo confirma. Las autocaravanas son consideradas un vehículo y por tanto, por normativa, pueden estar aparcadas, sin desplegar toldos ni mobiliario (ya que eso sería acampar y está prohibido), como cualquier otro coche.

Por lo general, están bien aparcadas y totalmente cerradas, con parasoles que protegen el interior del vehículo, sin que se vea actividad en ellas. En otros casos, se han convertido en una vivienda, pero no es lo habitual, comentan desde Abaces, la Associació Balear Cultural de Temps Lliure i Autocaravanisme.

"Puede dar la impresión de que se trata de un poblado cuando se ve tres o cuatro juntas, pero realmente es gente que la emplea cada fin de semana o para viajar", comenta Miquel Toni Vidal, presidente de Abaces, sobre la concentración de autocaravanas en determinados barrios.

Ante la falta de un parking de caravanas o debido al elevado precio del alquiler de una plaza privada donde guardarla, que puede oscilar entre 90 y 150 euros mensuales, la "opción es aparcar en la calle, en zonas amplias", admite Vidal, quien recalca que "realmente son un vehículo".

Este año, solo se ha retirado una caravana de las calles de Palma y ha sido por motivos sanitarios, ya que estaba llena de basura. En 2018 hubo más actuaciones policiales, un total de ocho, en Ciutat Jardí, uno de los puntos donde es habitual ver varios de estos vehículos.

Un portavoz de la Policía Local explica que hay dos motivos para denunciar. Una de ellas es que sea un remolque sin estar enganchada a un vehículo que la arrastre (no es el caso de las autocaravanas y furgonetas camper) y segundo, que permanezca aparcada más de diez días consecutivos en el mismo sitio, norma que afecta a todos los vehículos.

Joan Bibiloni, presidente de Caravaning Club Mallorca, reconoce que a veces les han puesto pegas al aparcar en alguna calle, sobre todo si el techo de la caravana queda cerca de balcones de pisos, por miedo a que ladrones puedan acceder a la vivienda, por lo que los caravanistas eligen zonas residenciales amplias para estacionar. "Es un vehículo normal y corriente y cumpliendo la normativa, puede estar aparcado en la calle. Es verdad que se ha puesto de moda, pero también hay muchos barcos, muchos monovolúmenes...", alega este caravanista.

Bibiloni asegura que el caravaning "irá a más" y que "es un negocio en auge", por lo que las dos asociaciones que representan a los usuarios han reclamado tanto al Govern, como al Consell y al Ayuntamiento áreas de servicios, aunque con poco éxito. Tras dos años esperando, en Son Castelló disponen de un punto de vertido de aguas grises y de recarga de depósitos. Y en la Costa de los Pinos es el único sitio permitido para acampar.

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