La fiesta de Fils Suites, la antigua fábrica de Can Ribas, que organizaron ayer los propietarios en la plaza de Raimundo Clar, donde se asienta este negocio turístico, fue contestada ayer por el colectivo de Palma, Ciutat per a qui l'habita no per a qui la visita con un no rotundo a "un ejemplo más de la turistificación de nuestros barrios". No obstante, la concentración se desarrolló con cordialidad.

Toni Oliver, uno de los dueños y vecino en la zona y que ya abrió años atrás otro negocio, indicó a este diario su voluntad de "hacer barrio, en una fiesta abierta a todos" en la que participan los negocios de la plaza, muchos de ellos propiedad de los tres socios y alquilados a destacados chefs, "negocios mayoritariamente orientados al turismo del centro de Palma, opina el colectivo de protesta.

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Oliver se acercó a los manifestantes para invitarles a la fiesta y los de Ciutat per a qui l'habita aseguraron que Fils Suites está expulsando a los residentes de siempre por los elevados precios. El propietario de este establecimiento turístico se mostró sorprendido ante estas críticas ya que, tal como relató, ha alquilado un local en la zona en el que se ha abierto un supermercado para dar servicio al barrio.

El ambiente festivo de la plaza se mezcló con unos vecinos que "ni hemos sido invitados ni siquiera informados" que les da carácter de naturaleza poner sobre la mesa su rechazo absoluto "a la actual vorágine depredadora de la industria extractiva turística, en la que ningún hotel no es barrio ni hace barrio, sino que lo destruye".

Toni Oliver había expresado semanas atrás su intención de acercarse a los vecinos desde este negocio de turismo de interior, incluso llegó a decir que apoyaba a las personas que están siendo amenazadas de desahucio en las viviendas protegidas, "estamos en contra y denunciamos los desahucios; los vecinos afectados tienen nuestro total apoyo".

Vecinos de Canamunt

No aflojaron en su vermut parodia los vecinos de Canamunt que juzgaron el festejo de ayer tarde "en un intento de la industria hotelera de legitimizarse a través de crear una falsa apariencia de concordia entre los vecinos. ¡No, los vecinos de Ciutat per a qui l'habita no les bendeciremos el chiringuito!". En su nota lo dejaron claro: "No queremos hoteles, ni pisos turísticos ni negocios orientados a los turistas ni más mercantilización del territorio y del espacio público".

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