Las galerías comerciales de la plaza Major y el parking ubicado debajo pasarán a ser gestionados por el Ayuntamiento a partir de septiembre. Medio siglo después de su construcción, este valioso espacio en el centro de Palma será de titularidad municipal, aunque el destino de los establecimientos ahora en concesión está en el aire, ya que el gobierno que surja tras las elecciones de hoy es quien debe decidir qué hacer con ellos. La comunidad de propietarios arrastra además una deuda de 300.000 euros y el consistorio no tiene la intención de asumir dicho gasto, como deja claro en la carta enviada este mes a los titulares de los locales y al adjudicatario del aparcamiento, en la que dice que Cort recuperará la gestión "libre de cualquier responsabilidad o deuda".

La misiva enviada por la SMAP (Societat Municipal d'Aparcaments i Projectes) señala que los destinatarios deberán "acreditar que están al corriente de las obligaciones con la comunidad de propietarios" y, en caso contrario, se les "podrá repercutir" el coste. El problema es que "hace tiempo que numerosos locales dejaron de pagar las cuotas y, como no les persiguen ni embargan, cada vez son más los que hacen lo mismo. Actualmente, solo cumplimos un 10% de los establecimientos", tal como afirma el presidente de la comunidad, Alejandro Capellà. Ello acarrea muchas dificultades para "pagar la luz, la vigilancia, la limpieza, el mantenimiento de las escaleras mecánicas, etc. y hay meses en los que los empleados no cobran hasta el día 15", lamenta el portavoz.

Las galerías miden unos 4.000 metros y tienen medio centenar de negocios en 62 locales de entre 40 y 60 metros cuadrados, más o menos (algunos se han unido para crear establecimientos más grandes, como el SyP). Dos tercios poseen una concesión y el resto son en propiedad debido a que, cuando en 1969 el solar público de la plaza Major fue adjudicado a Aparcamientos Insulares para que construyese y gestionase el parking y las galerías, la empresa vendió un tercio de estos locales, según explica Capellà.

Cuando la concesión revierta al Ayuntamiento, los propietarios de esos negocios tendrán un nuevo miembro en la comunidad. "Hay muchas incógnitas sobre la futura responsabilidad de cada parte. Por ejemplo, los pasillos de acceso son de titularidad privada, como un tercio de los locales, por lo que Cort no podrá cerrarlos en caso de que realice una reforma global", plantea quien confía en "que el próximo alcalde muestre predisposición para negociar un buen acuerdo". El portavoz explica que las propuestas presentadas a lo largo de la legislatura que acaba hoy "pretendían dinamizar este espacio, algo muy necesario, ya que ahora solo alrededor de una decena de locales están abiertos". Y espera que el próximo equipo de gobierno haga lo mismo.

El aún alcalde, Antoni Noguera, defiende "que sea un proyecto de interés general para la ciudad, que dé un valor añadido a las galerías y que esté complementado con la rehabilitación de las Cases del Teatre, donde se debe reivindicar el espíritu del comercio artesanal". Hace referencia a los locales que recuperará el consistorio, porque el resto continuará en manos de sus propietarios con la finalidad que les quieran otorgar.

Esta propuesta provocaría una "mezcla de usos", una situación que el primer edil considera "muy importante, debido a que atrae a gente que de otro modo no iría a unas galerías subterráneas, ya que no tienen la idiosincrasia de los espacios comerciales típicos del Mediterráneo, al aire libre".