El okupa que el jueves agredió a un técnico de la luz en el barrio de Son Oliva y fue detenido volvió el viernes a la vivienda tras haber quedado en libertad y montó un altercado en la finca, por lo que la Policía Nacional se lo llevó otra vez a los calabozos, en este caso por "desobediencia y resistencia grave a la autoridad". El juez de guardia decidió dictar una orden de alejamiento de la edificación, por lo que si regresa incurrirá en un delito de quebrantamiento de la medida cautelar y podría ir a prisión, como impuso el juzgado de instrucción número 8.

El ocupante acudió alrededor de las 20,30 horas del viernes con una pareja a la finca Los Olivos, ubicada en la calle Henry Dunant, después de que el juez lo dejase libre. Se puso a llamar a muchos interfonos diciendo que no tenía llave y armando un gran alboroto, por lo que varios vecinos avisaron a la Policía Nacional.

En cuanto se personaron los agentes, le pidieron la identificación y, pese a que llevaba consigo el DNI, se negó a enseñarlo. Los policías le advirtieron de que su oposición a la autoridad podía conllevar una infracción administrativa, pero como reincidió en su actitud y continuaba mostrando violencia, al final fue detenido por desobediencia y resistencia grave a la autoridad. Pasó la noche en los calabozos y ayer por la tarde fue puesto a disposición judicial y quedó en libertad con la citada medida cautelar.

Los vecinos de la urbanización han vivido con preocupación y cierto temor desde que el okupa se instaló en Semana Santa en una planta baja, aunque la gota que colmó el vaso fue la agresión del pasado jueves contra el operario de la luz que acudió al complejo residencial con el fin de cortarle el suministro. El empleado, que acudió tras un nuevo aviso de fraude eléctrico, recibió un fuerte golpe en el pecho y fue encerrado por el agresor en el cuarto de los contadores. Fue liberado por unas vecinas que escucharon sus gritos de socorro e interpuso una denuncia contra el ocupante, un hombre de 27 años y con antecedentes policiales.

El detenido y con una orden de alejamiento 'pinchó' la electricidad en varias ocasiones y dañó el contador comunitario. El viernes intentó entrar de nuevo en el piso que ocupaba alegando que tenía "relojes y oro" en el interior y no quería que se los robasen, como explicaron los vecinos. Según añadieron, "este individuo es un profesional de la ocupación, no vive siempre ahí, sino que deja la casa a un mendigo y él y su familia acuden cada día".