La comunidad de propietarios de la finca desalojada el sábado había denunciado los problemas provocados por la obra que se está ejecutando al lado, en el paseo Mallorca número 15. Los dueños del edificio afectado alertaban a la promotora y enviaban escritos a la concejalía de Urbanismo cada vez que se producía un daño en su inmueble, situado en la calle Simó Ballester 15, frente a la jefatura de la Policía Nacional. Uno de los más graves fue la creación de un boquete en el garaje y, aunque se tapió, es por donde entró el agua en cascada que inundó el parking de la finca de siete plantas.

El desalojo de una veintena de residentes de 14 viviendas se llevó a cabo por precaución, ya que el solar en obras también quedó anegado y en él se halla la estructura que temporalmente sustenta el edificio hasta que se levante el nuevo inmueble lindante, un bloque de pisos de lujo. Hoy está previsto que los peritos y técnicos de Urbanismo analicen la estabilidad del terreno en el que se apoyan cuatro pilares de hormigón que podrían pesar unas 80 toneladas en total y que aguantan la estructura de metal hasta la séptima altura. Según lo que determinen, los desalojados podrán volver a sus casas.

Además del agujero efectuado en el garaje, otro daño provocado por la obra fue la apertura de dos boquetes más en el interior de una vivienda de la quinta planta, uno de ellos en la pared donde se apoya el sofá de un matrimonio de avanzada edad. La empresa tardó un par de meses en tapar los huecos, por lo que los afectados tuvieron que hacerlo en precarias condiciones para que no entrase aire de fuera. También surgieron grietas en el sótano y, durante el derribo de la antigua finca, la obra fue paralizada un mes porque la uralita que había no estaba siendo retirada por personal autorizado para este cometido.

La comunidad de propietarios enviaba instancias a Urbanismo de todos los problemas y avisaba a la empresa promotora e incluso a la Policía Local, en este caso cuando había incumplimientos de la normativa, como aparcar los camiones frente al vado del garaje o no dejar espacio para peatones en la calzada. La obra provocó trastornos desde el principio, pero no tantos como el desalojo.