El último domingo antes de las elecciones tenía todos los puntos para que un evento con multitud de personas fuese aprovechado por los políticos para captar votos y así fue en la Fira del Caragol, que se celebró en Sant Jordi.

Los candidatos a Cort de casi todos los colores ideológicos se pasearon por los puestos de la XIX edición de la feria, que ofrecían platos de caracoles y otros productos, tanto gastronómicos como artesanales. Lo mismo hicieron los numerosos asistentes, aunque a los niños les gustó mucho más la muestra de animales vivos que la degustación de moluscos.

Los amantes de los vehículos clásicos pudieron disfrutar con la exhibición de motos y coches que transportaban a épocas pasadas, y los interesados en los molinos pudieron tocar las aspas de uno tradicional del Pla de Sant Jordi. La ensaimada gigante de Can Coll era más pequeña, aunque sus dos metros de diámetro hicieron las delicias de más de uno.