Palma, con un índice de 72,51 delitos por cada mil habitantes registrado el año pasado, es la quinta ciudad más insegura entre los municipios españoles con más de 100.000 residentes.

España es el tercer país más seguro de Europa, con una tasa media de 45,61 delitos por mil habitantes, pero dentro del territorio hay notables diferencias entre sus mayores ciudades, con Gijón a la cabeza entre las más seguras y Barcelona liderando las más inseguras.

Hasta el punto, según los datos de la criminalidad de 2018 que publica el ministerio del Interior, de que la tasa de infracciones penales por cada mil habitantes de la Ciudad Condal es cuatro veces superior a la del municipio asturiano.

Con datos de 2018, tanto de criminalidad como de población, en España se registraron el pasado año 2.131.424 infracciones penales (delitos y faltas), lo que supone 45,61 por cada mil habitantes.

De las 63 ciudades españolas que tienen una población mayor de 100.000 habitantes, 28 superan la tasa media.

Las más seguras

Gijón tiene algo más de 270.000 habitantes y está dirigida por Carmen Moriyón, de Foro. El año pasado se registró en el municipio un solo asesinato, aunque la criminalidad repuntó un 4,4 por ciento.

Aún así, su tasa de delincuencia es la más baja de las grandes ciudades: 27,48 infracciones penales por mil habitantes. En 2011 ya ostentaba este primer puesto.

Logroño está a solo un punto de Gijón y se sitúa en el segundo lugar del listado de las grandes ciudades españolas con menos índice de delincuencia, en concreto con 28,56 infracciones por cada mil habitantes. Cuca Gamarra, del PP, dirige una ciudad que supera los 150.000 habitantes y en la que en 2018 no hubo ninguna muerte violenta. La criminalidad creció, no obstante, un 1,1 por ciento.

La otra gran ciudad del Principado, Oviedo, es la tercera más segura del país, con un tasa de criminalidad de 29,62 delitos por cada mil habitantes. A sus algo más de 220.000 personas empadronadas les dirige el socialista Wenceslao López. Tampoco fue escenario de ningún asesinato el pasado año y aunque los robos y el tráfico de drogas disminuyeron, la criminalidad subió en general un 8,6 por ciento.

Gobernada por Ignacio Vázquez, del PP, Torrejón de Ardoz, municipio madrileño de 129.000 habitantes, cerró el año pasado con una tasa de criminalidad de 31,26 infracciones penales por cada mil habitantes, con cero homicidios y con un incremento de la delincuencia de apenas el 0,8 por ciento. Y si hay algún delito que el año pasado descendió notablemente, ese fue el del tráfico de drogas.

Castellón de la Plana cierra el quinteto de ciudades más seguras, con una tasa de criminalidad que se parece mucho a la de quien le antecede en la lista: un 31,72 por cada mil habitantes de los más de 170.000 que tiene. Su ayuntamiento está presidido por la socialista Amparo Marco, en una ciudad que el año pasado fue escenario de tres asesinatos y de un alza de la criminalidad de algo más del 15 por ciento.

Las más inseguras

Con un Ayuntamiento encabezado por Ada Colau, de Barcelona En Comú, la Ciudad Condal, con más de 1.600.000 habitantes, se ha situado en cabeza entre las urbes españolas con mayor tasa de criminalidad. En concreto, 119,85 delitos por cada mil habitantes, muy distanciada de la siguiente. El año pasado hubo en la capital catalana 10 asesinatos u homicidios, casi la cuarta parte de todos los que se produjeron en la comunidad autónoma pero 18 menos que en 2017. La inseguridad preocupa a los partidos que concurren a los comicios locales del 26M y ya se ha colocado en el centro del debate electoral.

Marbella, ciudad malagueña de algo más de 140.000 habitantes dirigida por Ángeles Muñoz, del PP, además de tener que sufrir las consecuencias del saqueo a las arcas municipales de hace más de una década, tiene que enfrentarse a una tasa de criminalidad de 80,40 delitos por cada mil habitantes.

Pese a los cuatro asesinatos (dos más que el año anterior) y un notable aumento del tráfico de drogas en 2018, el año acabó un descenso en la criminalidad del 2,9 por ciento, una reducción inferior, no obstante, a la bajada del 8 por ciento en 2017.

Una tasa de 74,49 delitos por cada mil habitantes deja a Madrid, la ciudad más poblada y dirigida por Manuela Carmena (Más Madrid), en el tercer puesto entre las más inseguras.

El año pasado, la criminalidad en esta ciudad, de más de 3,2 millones de habitantes, creció un 2 por ciento, si bien descendieron los robos con violencia y las sustracciones de vehículos. En el otro plato de la balanza se situaron los asesinatos, con 20, es decir, 4 más que un año antes, y más de la mitad de los perpetrados en toda la región (36).

Otra ciudad catalana, Tarragona, se cuela en este quinteto con una tasa de 73,34 infracciones penales por mil habitantes. Su alcalde, Josep Félix Ballesteros, del PSC, encabeza un ayuntamiento de poco más de 130.000 habitantes, en una ciudad en la que la delincuencia creció el pasado año un 9,2 por ciento. Solo hubo un asesinato.

Palma cierra esta lista de las más inseguras con una tasa de 72,51 delitos por mil habitantes. Tiene censados algo más de 409.000 y su Ayuntamiento lo preside Antoni Noguera, de MÉS per Mallorca. Solo se produjo en 2018 una muerte violenta, pero el tráfico de drogas creció en un 51 por ciento y la criminalidad en general un 3,7 por ciento.