Santa Catalina conservará su estética tradicional. Preservará la arquitectura de las edificaciones originarias del antiguo arrabal y las nuevas deberán adaptarse al característico entorno. Además, el Plan Especial de Protección (PEP) aprobado inicialmente ayer por unanimidad limita el número de bares y restaurantes en el barrio, aumenta la accesibilidad de los peatones en las calles de menor tráfico y plantea un nuevo diseño para la plaza del Progrés cuando sea construido el aparcamiento subterráneo previsto.

El área de Urbanismo y Modelo de Ciudad de Cort cumple así con una reivindicación de la entidad proteccionista ARCA que empezó a tramitarse la pasada legislatura y que ahora ve la luz, aunque se aprobará definitivamente en el próximo mandato. No obstante, el concejal José Hila dejó claro que "el Plan Especial de Protección se aplicará en las nuevas licencias solicitadas, porque esta norma es más restrictiva" que el PGOU, que es un planeamiento urbanístico genérico y no tiene en cuenta las "características propias de Santa Catalina desde el punto de vista patrimonial y tipológico".

En cuanto a las edificaciones, las actuaciones más destacadas son la protección de ocho nuevos inmuebles, que se suman a cinco ya catalogados, además de otros 46 cuyas fachadas tienen que ser preservadas; y la creación de tres niveles de protección ambiental. La altura de las construcciones nuevas "se determina a partir de la tipología original con el fin de homogeneizar y unificar". Como ejemplo, especificó que "las calles interiores podrán tener plantas bajas más dos alturas mientras que la plaza del Progrés y otras pueden llegar a tres alturas".

La normativa también unifica la profundidad de los edificios y, "para que los tradicionales patios queden libres, sin construir", se protegen los interiores de cada manzana. Las fachadas de los nuevos inmuebles "deben tener en cuenta las características del barrio", es decir, que la tipología sea la misma, al igual que todos los materiales utilizados para los acabados y carpintería. Un tema conflictivo hasta ahora han sido los chaflanes de las manzanas, porque según el PGOU tienen que medir cuatro metros y rompen con la estética tradicional. A partir de ahora, "se elimina la exigencia y se propone que las esquinas sean redondeadas".

Respecto a la citada limitación del número de establecimientos de restauración, el Plan Especial de Protección de Santa Catalina aplica en todo el barrio el Plan de Usos de los ejes cívicos y demás calles peatonales, es decir, "no puede haber más de tres bares o restaurantes en un radio de 50 metros". Sin embargo, la medida no tiene carácter retroactivo, por lo que los existentes continuarán abiertos. El objetivo es equilibrar los usos y "ganar espacio para los viandantes en detrimento de las terrazas".

La movilidad de los peatones en las calles interiores del barrio también se verá beneficiada con la creación de las denominadas plataformas únicas. Significa que las aceras y la calzada estarán al mismo nivel en las vías de menor tráfico, lo que permitirá plantar árboles y quitar aparcamientos en superficie cuando se construya el parking subterráneo previsto en la plaza del Progrés.

Este emplazamiento pretende convertirse en "un gran espacio verde central que conecte ambas zonas de Santa Catalina, ya que ahora la plaza está atravesada de lado a lado" por la calle Comte de Barcelona y, en el futuro, el tráfico pasará por un lado. Por ahora, es "un dibujo indicativo" del PEP del tradicional arrabal de Ciutat.