Un total de 542 alumnos de centros escolares de Palma necesitan la ayuda de los servicios sociales municipales debido a la situación de riesgo en la que se encuentran. La falta de asistencia a clase y el retraso escolar son los indicadores más frecuentes y que han disparado las alarmas de sus docentes. Los 43 casos más graves, en los que hay desantención del niño por parte de la familia o conflictos muy graves, han acabado derivados a la Fiscalía de Menores y al servicio de protección de la infanica del Institut Mallorquí d'Afers Socials (IMAS

A falta de conocer las cifras de este curso escolar, todavía no disponibles, los servicios sociales recibieron el curso pasado 300 peticiones de centros escolares para que atendieran a otros tantos niños y jóvenes en situación de riesgo. Esas solicitudes se sumaban a las cursadas durante años anteriores y que aun requerían intervención, por lo que la cifra final de alumnos atendidos asciende a 542, según ha informado la concejalía de Bienestar.

Indicadores alarmantes

Esos 542 menores que requieren ayuda social pueden presentar varias circunstancias que hayan provocado la petición por parte de los equipos docentes, por lo que la lista de indicadores de riesgo es muy superior al número de menores atendidos.

En 188 casos se ha detectado faltas de asistencia y puntualidad, mientras que en 178 expedientes se ha diagnoticado retraso escolar y dificultades de aprendizaje. En 169 peticiones se habla de falta de habilidades parentales y falta de supervisión en 126 casos. De hecho, las deficiencias relacionadas con aspectos familiares son las más numerosas y presentes en el 35% de las demandas.

Un 33% de las peticiones de atención a los servicios sociales están motivadas por cuestiones escolares, otro 18% con aspectos personales y relacionales, mientras que un 15% con la alimentación, la higiene y la salud, como una nutrición deficiente, falta de cuidado personal y alguna discapacidad o necesidad educativa especial.

Joan Antoni Salas, director general de Bienestar del Ayuntamiento, explica que aquellos casos que no se consiguen remediar, que son los de desatención parental, conflictos familiares, absentismo escolar, falta de alimentación o violencia acaban denunciados ante la Fiscalía de Menores y el IMAS, para que intervenga.

Un total de 73 centros educativos de Palma (tanto públicos, como concertados y de diferentes etapas) de los 110 existentes han contactado con los servicios sociales, de acuerdo con los datos del Ayuntamiento, para alertar sobre sus estudiantes.

De los 45 centros concertados que hay en Palma, 31 han comunicado situaciones de riesgo de alumnos de infantil, primaria y secundaria.

En cuanto a los 46 colegios públicos, de infantil y primaria, el 54% también ha informado de situación de riesgo de sus alumnos.

El porcentaje se dispara si se presta atención a los institutos de secundaria, ya que de los 19 ubicados en Palma, 17 han pedido la intervención de los servicios sociales. Es más, la mayoría de las comunicaciones que reciben los centros municipales sociales tienen que ver con estudiantes de secundaria, sobre todo de primero de ESO.

Por lo general, el plan de trabajo sobre cada alumno se consensúa entre los educadores sociales del Ayuntamiento y el centro escolar del niño. Los recursos más utilizados son el refuerzo escolar y el ocio preventivo, así como los equipos de infancia y familia municipales. La demanda por parte de los colegios e institutos ha pasado de 171 casos anuales en el curso 2010/2011 a los 300 de 2017/2018, un aumento del 75% que desde Bienestar se achaca a la mejora en la gestión y al incremento de los recursos.

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