En Palma, hay detectados más de 30 puntos donde la gente da de comer a las palomas, algo prohibido por normativa a excepción de la plaza de España. Este mapa de comederos ilegales no está completo y se sigue con la inspección, por lo que con toda probabilidad el listado aumentará, indican desde el área de Ecología del Ayuntamiento de Palma, que estudia de qué modo se puede controlar la superpoblación de estas aves, causantes del deterioro de edificios y de suciedad.

Cada año, el Ayuntamiento captura entre 1.800 y 2.000 palomas en Palma, en un intento por controlar esta plagaHace ya tiempo que se ha constatado que las aves se han dispersado por la ciudad y la razón es el aumento de sitios donde la gente les echa comida.

A través del programa Visibles, de contratación de personas en paro de larga duración, Cort ha enviado a observadores a inspeccionar la ciudad y a aquellos lugares donde se han recibido quejas. Como resultado, ya hay un informe en el que figuran 31 emplazamientos distintos y una descripción sobre cuál es la situación: si se trata de un punto de alimentación habitual, si se ha localizado a los alimentadores y si se ha hablado con ellos.

La plaza de España es el lugar donde habitualmente se puede ver a ciudadanos alimentando a las palomas. Pero hace tiempo que ha dejado de tener esta exclusiva. Muy cerca, junto al mercado del Olivar, hay dos puntos de alimentación, en la zona de verduras y en la de pescaderías.

Con la inspección también ha quedado comprobado que en algunos de estos comederos se llegan a juntar "muchos ejemplares" de palomas, es el caso de la estación naval de Porto Pi (en una nave vacía), al inicio de la carretera Manacor, en la iglesia de ManacorSant Sebastià, en una finca abandonada de la calle Glosadors del Secar de la Real, en s'Escorxador y en el parque de ses Estacions.

En Porta Sant Antoni, junto al quiosco, donde también suele haber indigentes, los observadores han detectado que las palomas se alimentan de comida "no adecuada". También en la plaza San Cosme, en Son Cotoner, "comen lo que encuentran en el suelo".

En Son Peretó, delante del supermercado, hay un punto de alimentación de gatos y palomas, a los que alimenta una mujer, situación que ha provocado quejas de vecinos.

En el Paseo Marítimo, frente al Auditórium, también hay protestas de los responsables de los bares y restaurantes por la presencia de animales, al igual que en la calle Cap Blanc, de Son Roca.

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