La Dolorosa estuvo arropada ayer por una capa de estreno y el calor de 17 nuevos penitentes y una docena de monaguillos. Las muchas incorporaciones de los últimos años en la Real Cofradía de la Virgen Dolorosa se deben sobre todo al interés de los hijos en seguir los pasos de sus padres, tal como explicó el presidente de una hermandad que suma unos 220 miembros y que en la noche del Martes Santo acompañaron a la Mare de Déu durante casi dos horas desde la parroquia de Sant Nicolau hasta la Anunciació. Allí tendrá lugar hoy el tradicional y multitudinario Davallament del Crist de la Sang.

Los recién llegados a la cofradía de 1910, la segunda más antigua de la ciudad, fueron bendecidos antes de la procesión en una misa presidida por el obispo, Sebastià Taltavull. Cuando llegó su turno en el desfile religioso, caminaron con la bella imagen de la Virgen, un paso que data de 1865 y cuya talla fue encargada al escultor Guillem Galmés para acompañar al Crist en la procesión del Jueves Santo, la más importante de las que se celebran estos días.

Vea las imágenes de la procesión.

Los más de 200 nazarenos de la Dolorosa tuvieron que esperar a que antes procesionasen las otras cofradías, una veintena, que una tras otra salían de Sant Nicolau y avanzaban dejando atrás el paso de los anfitriones, engalanado con claveles blancos y la flor de lis, la heráldica de la Casa Real, ya que el rey Alfonso XIII les otorgó el título de Real Cofradía.

Jesús de la Humildad

Encabezaba la comitiva el paso a costal de Jesús de la Humildad, que fue portado por 45 costaleros de la hermandad Humildad y Paz, cuyo origen castrense estaba bien representado ayer por miembros de la Guardia Civil y el Ejército. Las dimensiones y el movimiento de la escultura impresionaron a los numerosos congregados en la plaza de Sant Nicolau y la vecina Chopin, entre ellos sorprendidos turistas que no paraban de hacer fotos. Siguió por Constitució, el paseo del Born, las Tortugas, Unió y la Rambla, como hicieron poco a poco todas las demás cofradías participantes hasta llegar antes de medianoche a la Sang.

En esas horas de recogimiento y devoción estaban Santa Mónica, el Buen Perdón, la Soledad, la Merced, la Asunción, Sant Jeroni, la Santa Creu, Santo Tomás de Aquino, Santiago y otras, con el tradicional cierre de la Dolorosa, que llevó a la Virgen subida en su peana dorada hasta los pies del Crist de la Sang. Permanecerá con él en la iglesia de la Anunciació hasta mañana, donde partirán en procesión hacia la Catedral.