El tradicional pregón que da inicio a la Semana Santa puso ayer el dedo en la llaga al hablar de los diferentes significados que tiene "la palabra -la actitud- silencio". Para el pregonero, el padre Toni Cañellas, supone "la expresión de la injusticia del mundo, que hace callar a toda aquella persona que reclama, con todo derecho, una dignidad que le ha sido robada". Lo criticó al referirse al "silencio sobre tantos muertos anónimos, que son crucificados en muchos lugares de nuestra tierra, en el mar, en desiertos que nos parecen muy lejanos, en las ciudades que habitamos quienes nos llamamos civilizados".

Vea las imágnes de la procesión.

También es "cobardía, postura cómoda para evitar el conflicto y el compromiso", como quienes piensan: "si el que sufre calla, yo no me sentiré culpable". Recordó a quienes hacen "penitencia no deseada, obligados a procesiones sin final y que llevan a la espalda no bellas imágenes adornadas con plata y flores, sino toda una vida silenciada por aquellos que no tienen corazón". Por esta razón, el vicario episcopal para la Vida Consagrada y la Piedad Popular pidió a los penitentes que tengan muy presentes a estas personas, tal como dijo a los feligreses que asistieron a la basílica de Sant Francesc tras la procesión de los Estandartes.

El pregonero hizo referencia por último a otro tipo de silencio, el que "tanto miedo da en este mundo al desconectarnos de los ruidos modernos de las nuevas tecnologías"; e instó a reclamarlo al menos durante el Jueves y el Viernes Santo, como le pedía su padre cuando era niño cuando veían procesionar el Crist de la Sang o pasaba Jesús muerto por la calle dels Socors. Al finalizar el parlamento, casi una treintena de miembros del coro del Colegio de Abogados interpretó varias piezas religiosas, acompañados por el organista del santuario de Lluc.

Procesión con protesta

La primera procesión de Semana Santa partió puntual a las 19,30 del convento de los Caputxins y poco después, en la plaza Major, se encontró con la protesta que se realiza cada viernes a favor del medio ambiente. Los asistentes a la convocatoria llamada Fridays for Future portaban carteles en los que se leía 'Qui estima Mallorca no la destrueix' y 'Con el cambio climático necesitamos coraje, no esperanza'. Los penitentes, tres por cada cofradía, portaban los Estandartes de las 33 existentes en Ciutat y las varas flanqueándoles, y avanzaban lentamente entre quienes paseaban por el centro, iban de compras o protestaban contra el cambio climático.

La hermandad más reciente, Humildad y Paz, fue la que abrió paso, aunque precedida por los Tamborers de la Sala, y siguieron las restantes cofradías por orden de antigüedad, tal como marca la tradición. Sin embargo, cerraron la comitiva los tres penitentes de Santiago debido a que este año es el 75 aniversario de la cofradía de la iglesia de Sant Jaume. Tras ellos iban su presidente, Francisco Valls, el presidente en funciones de la asociación de cofradías de Palma, Miguel Llabata, y el padre Cañellas, cuyo pregón removió más de una conciencia.