Parecía una quimera pero aquel huerto comunitario que se instaló dos años atrás en Son Espanyolet gracias a la iniciativa de Pau Solé y Jaume Gelabert en un solar municipal abandonado ha cumplido dos años. Hoy son ya veinte las parcelas cultivadas por vecinos del barrio.

"El proyecto ha mudado en dos años porque aunque estamos satisfechos, no pensamos solo en un espacio para huerto sino para hacer de él un servicio social más amplio", comenta Gelabert. Pau sigue desde Barcelona la evolución de este pequeño brote verde que se ha levantado gracias al esfuerzo de unos pocos pero que ha germinado gracias a la implicación de todos.

El "único proyecto" que hay de estas características en Palma ha contado con el apoyo simbólico de la regidora de Medio Ambiente Neus Truyol que se mostró favorable a que este solar en desuso cobrara vida per sin contar con un apoyo en firme. De hecho, han podido usar el agu, "pero en esta ciudad, aunque hay voluntad por parte de algunos políticos, está todo por hacer en la reconversión de estos solares municipales abandonados", expresa Gelabert.

"En 2016, un grupo de vecinas propusieron al Ayuntamiento hacer actividades colectivas, de interés y beneficio para todo el barrio. Unos meses más tarde, cansadas de esperar la respuesta, cuatro personas entraron en el solar y empezaron este proyecto que llamaron Hort de Son Espanyolet", recuerda Jaume Gelabert.

Lo primero que se hizo fue acondicionar un espacio para reuniones que llamaron ágora e instalaron dos parcelas de huerto. "El Ágora era un espacio de encuentro para la transformación social y las parcelas de huerto para la transformación física de la ciudad", comenta.

En estos dos años, han crecido proyectos colectivos e individuales, han plantado flora sivestre, han explicado qué son, han construido material reciclado, han aprendido a hacer compost.

En un barrio como el de Son Espanyolet, también sacudido por la gentrificación y el turismo vacacional sin control, el Hort de Son Espanyolet ha alzado su voz. Se han implicado en la plataforma vecinal para alertar sobre lo que está ocurriendo en este 'tranquilo' barrio solo que "nosotros, o al menos, yo, apuesto por abrir pequeñas pensiones y que se diseminaran por la ciudad".

Entre los proyectos de futuro, instalar un vivero, un espacio para divulgar propiedades y usos terapéuticos de las plantas.