Oyeron un gran estruendo y de inmediato salieron de casa para saber qué había ocurrido. Tras ver un coche huir a toda velocidad por el camí de la Vileta, se dieron cuenta de que dos de los pilones de protección de la acera estaban totalmente doblados. "Pasó por encima y los aplastó totalmente. Imagina que llega a haber alguien caminando por ahí o saliendo de la vivienda. Lo hubiese matado en el acto", denuncia Francisco José Pinta. Ocurrió el viernes y ayer aún había restos de una rueda del vehículo en la acera.

Este y otros muchos vecinos de la calle principal de la Vileta, sobre todo las personas mayores, están alarmados por la velocidad a la que circulan algunos conductores que se creen fittipaldi. El susto del viernes ocurre con frecuencia, en especial los fines de semana por la noche, y aunque han advertido del peligro a la Policía Local y el área de Movilidad desde hace más de un año, no han obtenido ninguna solución. Piden a Cort medidas para evitar la excesiva velocidad de estos conductores, como "por ejemplo un radar fijo, con el que se podría controlar y multar a quienes incumpliesen la regulación" de no circular a más de 50 kilómetros por hora en el camí de la Vileta.

El camí de la Vileta 131, donde se produjo el último accidente. FLOR ARIAS

Fuentes municipales indicaron ayer que la Policía suele colocar el radar móvil en esta calle y Maria Antònia Salvà para llevar a cabo controles de velocidad, aunque parece ser insuficiente, según las quejas vecinales. "Por la noche, llegan a circular a 90 kilómetros por hora sin ningún problema y el flujo de tráfico es brutal, debido a que esta vía se comunica con los barrios de Son Puig, Son Roca y Son Xigala". Además, durante los días laborables, es utilizada por los padres que llevan a sus hijos a los colegios de Son Puig, Son Quint, Son Serra e incluso el Cide, pese a estar en Son Rapinya.

La alternativa de instalar pasos de peatones elevados o badenes para obligar a reducir la velocidad a los conductores no le parece tan factible al denunciante, ya que "causarían gran contaminación acústica a los vecinos que vivimos pegados a la calle, debido a que la circulación es constante", aunque los afectados aceptarían lo que fuese para evitar peligros.