El eco de la Posada de Terra Santa llega lejos pero se asienta cerca. El hotel de Carmen Cordón e Ignacio Jiménez, abierto en 2014, se ha quedado pequeño para albergar a un tipo de cliente "más exclusivo, que quiere una mayor privacidad por la que está dispuesto a pagar 300 euros la noche", indica la periodista, ahora empresaria hotelera, Carmen Cordón. Para satisfacer este tipo de demanda es por lo que la Posada va a ampliar su oferta en nueve suites de lujo. La apertura será en octubre.

CMV Architects, el mismo equipo de arquitectos que ya erigió la Posada y el Gran Hotel Inglés (en Madrid), son los encargados de la reforma del edificio que va a albergar las suites. Ubicado entre las calles Samaritana y Pes de la Farina, fue una antigua fábrica de loza y despacho comercial de cerámica. No está catalogado pero tiene historia.

"Ha estado cerrado muchos años. Lo compramos hace cuatro años y ha sido la propia historia de Posada la que ha marcado el destino que le vamos a dar. Hoy tiene un aire ya vintage. Hemos conservado los carteles que utilizaremos porque nos gusta que la historia de los edificios, de los barrios donde están, sean parte de los hoteles. Y este barrio de Palma es la crónica de los oficios de la Edad Media que se desarrollaron en la ciudad", señala la propietaria.

De ese legado, permanecen los suelos hidráulicos que los propietarios han rescatado para su reutilización.

Aún no tiene nombre pero sopesan algo similar a Suites de Posada de Terra Santa. Mientras tanto, las obras prosiguen en una zona golosa para los inversores.

Ellos le echaron el ojo a Canamunt a raíz de un revés en sus vidas que les llevó a cambiar sus trayectorias. Se fijaron en una casa que fue la antigua curia de la baronía de Bunyolí pero guardaba tesoros como arcos góticos diafragmáticos ojivales que "solo se pueden ver en la Almudaina", subrayan.

La Posada es aristocrática en su parte delantera, en su interior, pero en su trasera, están los vestigios de los oficios artesanales del Medioevo. Ahí estará el sello de la ampliación del hotel al edificio de las nueve suites. En ellas sobresaldrá la torre con "vistas preciosas", remarca Cordón.

Saturación

A juicio de Carmen Cordón, "Palma tiene una oportunidad única para ser destino de lujo pero hay que ir con cuidado porque si se incrementa la oferta a costa de bajar precios para llenar, se estará prostituyendo el destino. Esto ya está ocurriendo en hoteles de lujo en el centro histórico".