El incremento del presupuesto del servicio de control de plagas por parte del Ayuntamiento de Palma, que ha propiciado, además de un cambio de modelo a la hora de abordar el problema de la proliferación de las poblaciones de ratas, mosquitos y cucarachas, el aumento en un 50% del número de tratamientos está dando sus frutos un año después de su puesta en funcionamiento.

Según los datos recabados por la concejalía de Salud de Cort, desde que el pasado mes de febrero entró en servicio el nuevo contrato, el número de quejas formuladas por los ciudadanos como consecuencia de la presencia de ratas, mosquitos o cucarachas en un determinado punto de la ciudad ha disminuido en más de un tercio, concretamente, en un 36,33%. Si en 2017 el número de incidencias notificadas por los ciudadanos fue de 3.735, mientras que en 2018 bajó a 2.378.

El número de tratamientos realizados se ha incrementado también en un 50%. El nuevo contrato ha permitido que se pase de dos tratamientos al año a tres, incluyendo toda la red de alcantarillado, los edificios municipales, los colegios de Educación Primaria públicos, los centros de Bienestar Social, los centros culturales y las bibliotecas municipales, entre otros edificios públicos.

La forma de actuar a la hora de realizar el tratamiento en las barriadas por parte de los operarios de la empresa especializada Lokímica, adjudicataria del servicio, también ha variado, hecho que también puede haber influido en la mayor eficiencia de los sistemas de control.

Fuentes de la concejalía de Salud indican que ahora, cuando se realiza el tratamiento en una determinada barriada de la ciudad, este incluye la totalidad de servicios. También se ha incrementado notablemente el número de tapas de alcantarilla en las que se depositan los productos utilizados para el control de los roedores y de insecticida, que ataca a las poblaciones de cucarachas.

De esta forma, si en 2017 se trataron 70.785 tapas de alcantarillado, el año pasado fueron 124.386. Por lo que se refiere a las cantidades de productos utilizados, se ha pasado de emplear 2.616 kilos de rodenticida (que afecta a las poblaciones de roedores) a 7.863 kilos y de 7.125 litros de insecticida empleados hace dos años a los 12.244 utilizados a lo largo de las distintas campañas realizadas en 2018.

El nuevo sistema de trabajo del servicio distribuye la ciudad en cinco áreas. Cada una de ellas cuenta con un equipo destinado a realizar todas las labores de control y prevención en su zona de intervención. Además, se dispone de un equipo que atiende exclusivamente las incidencias, además de otro que se dedica sólo a controlar las poblaciones de mosquitos en la Platja de Palma, ses Fontanelles y el Pla de Sant Jordi. En 2017, por el contrario, solo se disponía de tres equipos para atender las necesidades de toda la ciudad en materia de plagas. Lo anterior supone que, a lo largo de 2018 se ha prácticamente duplicado las jornadas de trabajo dedicadas a este servicio con 768 frente a las 420 de 2017.

De esta forma, el nivel de cucarachas en los barrios, según los datos proporcionados por Salud, se ha reducido de la siguiente forma. Las zonas en las que no se tuvo constancia de su presencia pasaron de 9 en 2017 a 20 en 2018. La detección de la presencia de este insecto entre una y quince veces ha pasado de 66 a 57 barriadas, la presencia de entre 16 y 30 veces de ocho a siete zonas y las zonas en las que se detectaron más de 30 avisos pasaron de tres a dos.

En cuanto al nivel de roedores el año pasado se consideró, al igual que en 2017, se detectó que en 11 barriadas su nivel fue elevado, puesto que el producto utilizado para su exterminio fue comido completamente, en 66 barrios frente a los 71 de 2017 el nivel de ratas se consideró "mediano" debido a que el nivel de rodenticida fue comido parcialmente, mientras que en nueve zonas en lugar de cuatro se consideró nulo o bajo debido a que el veneno repartido se encontró intacto.