Los socios del Club Marítimo del Molinar han tenido hoy una reunión extraordinaria ante el inminente desalojo que deben llevar a cabo tanto por el inicio de obras de remodelación del puerto como de la finalización de la concesión del edificio donde se ubica su sede. El voto afirmativo a la propuesta de la Autoridad Portuaria de Balears de amarrar en unos pantalanes flotantes y ocupar módulos prefabricados en el club del Portixol propicia un momento de calma en una situación que ha provocado tensión entre las partes.

“Nos sentimos desahuciados del club, el más antiguo de Mallorca”, ha expresado el presidente de la asociación Rafael Vallespir. Con todo, hay pipa de la paz.

Un total de 120 amarres deberán quedar vacíos, a los que sumar los 40 que están en marina seca, para que se inicien las obras de remodelación del puerto, previstas para finales de este mes. El próximo día 16 concluye el plazo de la concesión. Los socios tendrán siete días más para desalojar las antiguas instalaciones.

Por otro lado, la junta de socios aprobó optar de nuevo a la concesión, a través del concurso de proyectos convocado por la APB. Al mismo tiempo, también aspiran a hacerse con la concesión de explotación del restaurante, cuyo plazo también expira el 16 de marzo. Van a solicitar continuar con la actividad el tiempo que sea compatible con la ejecución de las obras. Al mismo tiempo, Vallespir indicó ayer que “estamos siendo asesorados legalmente porque si se hace cualquier cosa y vamos a pedir continuar gestionando el club, queremos que todo esté bien”.

Las obras de remodelación buscan mejorar la operatividad marítima en este entorno puerto ciudad altamente sensible. Han sido adjudicadas a ACSA por un valor de algo más de 3 millones de euros. Se prevé concluirlas en un plazo de 9,5 meses.