Al menos seis perros que viven en el Molinar se han tragado sin querer anzuelos que se hallaban ocultos entre el cebo desechado por pescadores aficionados. Los ganchos de metal estaban dentro de la pasta de comida para atraer a los peces, que había sido dejada en el suelo o las rocas de la zona de pesca, por lo que el abandono en tierra firme atrajo a los canes. Al ingerir este alimento, que suele estar compuesto por migas de pan, gusanos y restos de comida, seis mascotas como mínimo han tenido que ser operadas con el fin de extraerles los anzuelos y otra más ha sufrido una intoxicación, tal como explica el propietario de uno de los afectados.

Los dueños, todos ellos vecinos del barrio costero, denuncian el "incivismo de algunas personas que practican esta modalidad de pesca. Seguro que son minoría, pero les pedimos sensibilización debido a la enorme peligrosidad que reviste un anzuelo y los daños que puede ocasionar", no solo a los perros, sino también a otros animales, como "gatos, gaviotas, garzas o cualquier pájaro de los que habitan por la zona", según enumera el portavoz. "También podría clavarse el anzuelo un niño pequeño", añade, de ahí que resalte "la necesidad de respetar las zonas de baño o transitadas por los viandantes".

La zona rocosa del Portitxol al Molinar es frecuentada por aficionados a la pesca. F. ARIAS

Los siete casos documentados se han producido durante los dos primeros meses del año desde el faro del Portitxol hasta sa Roqueta del Molinar. Como no se trata de un hecho aislado y el último -la intoxicación- sucedió hace pocos días, el propietario de Troi, uno de los perros, ha decidido interponer denuncias ante la concejalía de Bienestar Animal, la conselleria de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca y el Seprona de la Guardia Civil. Se centran en el incivismo de algunos pescadores, al dejar el entorno "hecho un desastre, lleno de suciedad"; y en la ilegalidad de "practicar esta afición en según qué lugares, como las bocanas del Portitxol y el Molinar", destaca quien solicita "que pesquen con responsabilidad" y, si no es así, "que sean vigilados y sancionados por los organismos competentes".

Sufrimiento y dinero

Las consecuencias derivadas de estos comportamientos han sido "un sufrimiento traumático" para seis perros, por la intervención quirúrgica y el posoperatorio, sin olvidar el padecimiento del can intoxicado; y "un significativo quebranto económico" para sus dueños, ya que los costes del veterinario superan los 400 euros cuando las mascotas son de mediana estatura y pueden llegar a los 1.000 si son perros de gran tamaño.

El posoperatorio es "delicado y doloroso", y en el caso del can del dueño denunciante, se prolongó unos 20 días, por lo que el sufrimiento también se debe extrapolar a los propietarios, aunque sea de forma indirecta, según dice sobre todos los perjuicios de dejar anzuelos y cebos abandonados.

Recogen firmas para mejorar Son Reus

Un grupo de voluntarios del centro canino de Son Reus está recogiendo firmas "para mejorar la situación de los perros" alojados en el recinto municipal. En un mes han recabado medio millar de apoyos y continuarán haciéndolo hasta final de marzo con el objetivo de concienciar a la concejalía de Medio Ambiente y Bienestar Animal de Cort sobre la necesidad de adecuar las instalaciones públicas situadas en la carretera de Sóller.