Una década a la espera de un amarre en el puerto de Palma. Así están quince personas de las casi 600 que han solicitado a la Autoridad Portuaria de Balears (APB) una plaza para amarrar su embarcación y todavía no lo han conseguido. La gran demanda ha endurecido los requisitos para poder optar a uno de los 1.500 atraques públicos.

La lista de espera para la prestación del servicio y asignación de amarre para embarcaciones de recreo no profesionales, con una eslora máxima de 8 metros, es de 596 personas. Algunas de ellas se dieron de alta en este registro en 2009, otras tantas en 2010 y así en los años siguientes, aunque el grueso lo forman las peticiones presentadas en 2017 y 2018. Durante el pasado mes de enero, antes de que se cerrase el plazo, llegaron 24 solicitudes más.

Los 1.500 amarres que gestiona Autoridad Portuaria están repartidos por el Moll Vell, es Jonquet, Can Barbarà y Portitxol. Al margen quedan los atraques gestionados por concesiones, que suman otras 3.000 plazas solo en Palma.

Reducción de la lista

Pese a que hoy hay casi 600 personas a la espera de un amarre público, el número de solicitudes son muchas menos que las 793 de hace justo dos años. Desde 2016, cuando se produjo un cambio de normativa, la APB trabaja para reducir esta lista de espera ante la gran demanda y la limitación de puestos disponibles. Entre otras cosas, no se permite el cambio de titularidad de las embarcaciones.

Quienes están en esta lista de espera tienen que renovar su petición cada seis meses, a principios de enero y de julio, y si un solicitante se olvida de hacerlo, desaparece del registro.

Cuando una persona ya es titular de un amarre, debe demostrar cada año que cumple con lo exigido por la normativa. Algunos se dan de baja voluntariamente al ver que no alcanzan esos requisitos y otros son dados de baja forzosa: 30 en 2017 y 17 en 2018, informaron ayer fuentes del puerto. Estos casos suelen deberse a que las embarcaciones están en mal estado, a que no tienen seguro o a una alteración de los titulares.

En la reducción de la lista de espera también ha contribuido la instalación en 2016 de un pantalán flotante en Sant Magí, con 77 amarres. Por último, del registro han desaparecido aquellas peticiones para embarcaciones que superan los ocho metros de eslora, recordaron ayer desde la APB.