Los vecinos del Terreno conocieron de primera mano, la del arquitecto ganador del concurso de la instalación deportiva de s'Aigo Dolça, Antoni Barceló, y también supieron de boca del regidor de urbanismo, José Hila, que "el proyecto no tiene garantías de hacerse si cambia el gobierno municipal" en la reunión del pasado viernes. A la "satisfacción" vecinal de que se recupere la antigua piscina, reivindicación histórica del barrio, cabe sumar sus reticencias ante "un exceso de aparcamientos, que ocupan tres plantas, y de no tener claro que las plazas sean para vecinos y usuarios". Asimismo indicaron al regidor que echaban en falta un espacio deportivo polivalente para niños y jóvenes. El proyecto del equipo Barceló-Balanzó será cofinanciado por los fondos europeos Feder y Cortcon un coste de 5,5 millones de euros.