Francisca Pons Jofre cumple hoy 100 años. Nació el 7 de febrero de 1919 y este mediodía celebrará su centenario arropada por su familia y por una antigua alumna, porque ella fue maestra en diferentes escuelas, pero principalmente en Son Rapinya, donde sigue viviendo y se la recuerda con cariño. El próximo fin de semana le esperan más emociones, con otra celebración con más familiares, además de sus cuatro hijos, Lina, Marita, Paquita y ToloTorres Pons, sus cinco nietos y los siete bisnietos.

Francisca Pons llegó a Son Rapinya hace décadas, cuando en vez de bloques de pisos había campos a los que podían ir a buscar espárragos y a comprar leche de vaca... Las nuevas construcciones que se levantan no le convencen: "Hay unas casas muy raras... Esto era muy bonito", recuerda con nostalgia.

El nombre de Francisca está ligado al de su marido, el también maestro Juan Torres Rullan, que fue director del colegio de Son Rapinya y alcalde pedáneo de esta población, donde tiene una calle con su nombre. El matrimonio fue testigo de la evolución de su barrio y trabajó por mejorar la vida de los vecinos, adultos y niños.

Como los interinos de hoy día, antes de conseguir plaza en la escuela de Son Rapinya, el actual colegio-instituto de Son Quint, Francisca trabajó en Son Ximelis, en el Jafudà Cresques, en otros lugares que permanecen en su memoria... incluso se trasladó a Eivissa. "Me gustaba todo y daba clase a niños de todas las edades", explica la ya centenaria. Su vocación la ha heredado una de sus hijas y una nieta; sus otras hijas se encaminaron hacia la pintura y la enfermería, y su hijo es un reconocido entrenador de atletismo e impulsor de este deporte en Sant Antoni de Portmany.

La dedicación de Francisca a la enseñanza no se limitaba al trabajo en el colegio, donde impartía matemáticas, francés, dibujo... Sus hijos recuerdan cómo "toda la casa se convertía en una escuela, sobre todo en verano" -explica Lina-,"era la casa de todos, todos los niños del barrio venían". Su madre ayudaba a los que tenían dificultades para aprender y también a los hijos de las familias que iban a veranear a Son Rapinya.

Para ayudar a los pequeños, Francisca elaboraba material didáctico y cartillas de lectura personalizados para cada uno de sus alumnos, unas manualidades que su hija Paquita ha utilizado para impartir clases en su colegio y que aún conserva.

Hoy, Francisca disfruta del cariño de su familia y de su cuidadora, Nenu, y dice que así es como quiere celebrar su cumpleaños.