El tirón de orejas de la dirección de Més per Mallorca al alcalde Antoni Noguera a cuenta de los anagramas del partido que deben salir en los comunicados y el papeleo que se difundirá en la precampaña y campaña electoral ha surgido efecto. Noguera y sus asesores de campaña habían ideado la creación de una marca propia para distanciarse del posible efecto negativo de haber gobernado en el Consell y en el Govern. Nada nuevo bajo el Sol. Margarita Nájera ya hizo lo propio en Calvià desmarcándose el anagrama del puño y la rosa del PSOE estatal y autonómico para sustituirlo por una margarita. El resultado fue devastador. Perdió la alcaldía. Lo mismo ha ocurrido en Andalucía con Susana Díaz, quien también ideó un anagrama propio en las últimas elecciones con la intención no disimulada de desmarcarse del PSOE de Pedro Sánchez, y quizá también de los expresidentes socialistas Manuel Chávez y José Antonio Griñán. Los resultados de esta política también son conocidos. Díaz ya no es la presidenta andaluza. En el caso de Més per Palma, hasta el pasado lunes los documentos estaban encabezados con un nuevo logo en el que había desaparecido Més para ser sustituido por Estimam Palma, una transformació en marxa. No obstante, ahora se ha recuperado el logo de Més, aunque se mantiene el específico de la campaña palmesana.
Operación de confluencia
La anterior operación de desmarque se relaciona con el intento de la dirección de Més per Palma de ampliar al máximo el espectro de posibles votantes a su opción facilitando incluso el acercamiento a sectores desencantados de Podemos. De hecho, las alabanzas de Noguera hacia los concejales del partido morado que no repetirán (Aurora Jhardi, Aligi Molina y Eva Frade) son constantes en los últimos meses.
