La Agencia Tributaria ha publicado por primera vez un listado de las zonas con las rentas más elevadas y las más bajas de las principales ciudades españolas según los IRPF de sus vecinos. En Palma, el barrio de Sant Jaume es el más rico, con una renta de 40.166 euros. El segundo de la capital de Mallorca con mayor renta es el de Montision, con 38.702 euros, mientras que los de Son Canals y Son Cladera, con 18.159 euros y 18.994 euros, son los de menor renta.

Sant Jaume, barrio rico

"Es un placer vivir aquí, no lo cambio por nada, pero no todos somos ricos"

Hace medio siglo era habitual ver por el barrio de Sant Jaume "chicas del servicio vestidas de uniforme y con delantal blanco yendo a hacer los recados". Había porteros en todos los elegantes edificios de la avenida Jaume III, el paseo Mallorca y el resto de la zona construida en las décadas de los 60 y 70. Tampoco sorprendía que los chóferes aguardasen con relucientes coches de gama alta frente a los portales de los casales situados en la parte antigua. Estos tres ejemplos reflejan el elevado poder adquisitivo que tenían los habitantes del tradicional barrio y, pese a que con los años casi han desaparecido, todavía quedan en Sant Jaume ilustres residentes con chófer y servicio.

"Ahora quienes tienen mucho dinero son más discretos, no se les nota tanto. Conducen su propio vehículo o el chófer no les espera a la vista de la gente, a diferencia de lo que ocurre en sitios como Son Vida", compara la presidenta de la asociación de vecinos, Toya de la Vega. Su barrio desde hace 30 años ha salido recientemente a la palestra porque la Agencia Tributaria ha realizado un listado de aquellas zonas con las rentas más altas y las más bajas de las principales ciudades españolas, y Sant Jaume ocupa el nivel más elevado en Ciutat, con ingresos de 40.166 euros anuales de media, según el IRPF declarado.

Por primera vez, Hacienda ha analizado los datos en función de los códigos postales y señala que los barrios más prósperos están en las grandes capitales, como Madrid o Barcelona, además de Valencia y Palma. Sin embargo, la portavoz vecinal matiza: "el CP de Sant Jaume, 07012, es el mismo que el de la Rambla, Via Roma, el paseo del Born, la Llotja y el Puig de Sant Pere. La media está hecha con estos otros barrios y lo mismo ocurre en más lugares. Por eso no aparece Son Vida como el más rico, debido a que tiene el mismo código postal que Son Rapinya, que es de clase media".

Cambios en medio siglo

Paquita Deudero y Loli Sarralde llegaron hace 50 años al céntrico enclave residencial, cuando se mudaron tras casarse porque sus maridos eran de allí. Conocieron la época de esplendor y recuerdan que "había mucha vida, con niños y parejas jóvenes, y numerosos comercios pequeños, entre ellos el colmado Casa Catalina, varias tiendas de comestibles, hornos, papelerías, mercerías... que han ido desapareciendo", dice Paquita con nostalgia. Ahora proliferan elegantes cafeterías, fruterías con productos exóticos y negocios de mobiliario y decoración de alto standing, unos establecimientos que nada tienen que ver con los supervivientes de antaño, como la popular carnicería Vallespir y el horno de la Concepció.

También se ha producido un importante cambio demográfico, ya que "ha pasado de ser un barrio joven a uno de gente mayor", en palabras de Loli. Paquita explica que "la falta de aparcamiento en los edificios antiguos, entre otras causas, hizo que muchas familias se trasladasen a las afueras y las viviendas fueran transformadas en despachos, principalmente en calles como Jaume III". Quedaron las personas mayores y, además, se ha producido otro factor, añade su amiga: "Conozco a numerosas viudas y varias parejas que vivían en chalets y se han mudado al centro. Yo misma estuve en Cas Català durante 18 años y ahora que he vuelto a Sant Jaume no lo cambio por nada", destaca.

¿Por qué? Las tres residentes entrevistadas responden casi al unísono: "Por la comodidad". "Es un placer vivir aquí, ya que tienes todo a muy a mano, apenas hace falta coger el coche y por la noche puedes pasear, ir a cenar o al cine sin miedo debido a que está muy iluminado, sobre todo las calles principales", resumen.

Respecto al perfil del residente, Toya señala que "predominan las profesiones liberales. También hay familias mallorquinas con apellidos de renombre, aunque eso no significa que sea un barrio de ricos. No todos lo somos, ya que la mayoría tenemos un poder adquisitivo medio-alto. En otros tiempos se cotizaba socialmente ser de tal o cual familia y ahora se valora mucho más la preparación académica", concluye. Lo que casi no ha cambiado es el ambiente familiar, donde los veteranos se conocen, se saludan y, si tienen tiempo, se cuentan la vida.

Son Canals, barrio pobre

"Tenemos un buen ambiente vecinal, aunque hay carencias municipales"

El único rico de Son Canals del que tienen constancia es un señor gallego al que le tocó la lotería el año pasado, aunque "no se le ha vuelto a ver el pelo. Le cayeron 13 millones de euros", afirma Emilio Salvador Robles, el expresidente de la desaparecida asociación de vecinos. Él es uno de los muchos sorprendidos de que la Agencia Tributaria establezca que este es el barrio con la renta más baja de Palma, con 18.159 euros anuales. "Somos clase media, trabajadora, pero no pobres". La explicación está en que comparten código postal con Son Gotleu, el 07008, y la estadística de Hacienda se ha basado en este parámetro para delimitar los barrios.

Como les han colgado dicho sambenito, quieren reivindicar al menos su espacio en Ciutat, ya que más que pobres, parecen los desconocidos de la capital balear. "Cuando me preguntan dónde vivo y digo que en Son Canals, lo siguiente es: ¿y eso dónde está? Entonces lo ubico refiriéndome al antiguo cine Chaplin o el antiguo bar Güell", indica Emilio. Esta zona comprendida entre las calles Metge Josep Darder, Aragó, Semolera y una parte de Indalecio Prieto tiene casi 6.000 habitantes y una alta densidad de población, fruto de la inmigración peninsular de los años 60 y 70. La antigua finca de Son Canals data del siglo XVIII y, en los años 40 del XX, se construyó allí el campo de fútbol del Atlético Baleares, aunque dos décadas después fue derribado para dejar espacio a las nuevas viviendas de los recién llegados.

Punto de encuentro

Emilio y su mujer, María del Mar Sambruno, llevan 30 años en la barriada y dos menos, el vecino Ángel Masferrer. Hasta el pasado año regentó la popular cafetería Stromboli, en la calle Metge Josep Darder, que "se convirtió en un punto de encuentro de muchos jóvenes antes de desplazarse a las galas de tarde que se celebraban en los 90 en el paseo Marítimo". También era el lugar de reunión de los alumnos del colegio Santa Mónica y de quienes acudían al club social de fútbol, los torneos de dominó y a jugar al futbolín, enumera quien vivió "la vida de barrio" tras la barra del bar.

Según lamentan tanto Ángel como Emilio, Son Canals perdió animación con la clausura de los cines Chaplin en 2004. De todos modos, "el paseo de la avenida principal refleja el buen ambiente vecinal existente, sobre todo en verano, con las terrazas llenas", destaca el primero. "Aunque no se trata de una zona de ocio como otras de Palma -añade-, ya que es una barriada de clase trabajadora y hay que cerrar pronto".

El principal inconveniente de este barrio es la falta de servicios municipales. "Tenemos muchas carencias", señala quien fue presidente de la asociación de vecinos. A Emilio le llega a cansar que cada vez que se acercan las elecciones, los partidos políticos les "prometen la peatonalización del paseo y crear una zona verde y un aparcamiento en un solar del Ayuntamiento de la calle Cardenal Despuig". También echan en falta un centro de salud, que el cercano Casal de Son Real sea gestionado por Cort y más juegos infantiles, servicios que hacen que una barriada no se sienta pobre.

Barrio de universitarios por la cercanía del metro

Los alquileres en Son Canals no son baratos. "No encuentras nada por menos de 700 u 800 euros", asegura Ángel Masferrer, quien explica que, "como son pisos relativamente grandes, de tres habitaciones, y están cerca de la parada de metro de Jacint Verdaguer, hay universitarios que vienen de la Part Forana y viven aquí, ya que los alquilan por habitaciones".

El precio de los arrendamientos hace que haya pocos residentes inmigrantes, a diferencia de lo que ocurre en el vecino Son Gotleu. "En calles como Metge Josep Darder se pagan los mismos impuestos que en Jaume III y el catastro de los números pares es más alto que el de los impares".

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