Empiezo el día cruzando Blanquerna para desayunar en la panadería Mestre (espero que me inviten hoy a mi napolitana) casi siempre medio dormido o dormido del todo. Así que muchas veces hago una foto y no sé cómo ha salido hasta el segundo café. Casi todas se van a la basura pero de vez en cuando mi objetivo acierta y sale algo que vale la pena.