El cielo nublado aguó la Festa de la Llum en la Catedral. Tras el chaparrón previo a primera hora de la mañana en Ciutat, parecía que los rayos del sol se querían imponer a partir de las 8,30 horas, porque apareció un tímido reflejo del rosetón mayor sobre el lateral izquierdo de la fachada de la Seu.
Los colores de los vitrales fueron intensificándose en el muro, pero el espectáculo de la luz solo duró un par de minutos y todavía no había llegado el momento álgido, el popularmente denominado Vuit de la Seu, que el 2 de febrero se produce a las 9,00.
Quedaban 15 minutos para ello y el rosetón mayor volvió a verse con nitidez más cerca de la parte inferior del rosetón menor, lo que provocó un "ohhh" al unísono de los asistentes, que abarrotaron el templo.
Esta vez la luz solar duró un poco más de tiempo, aunque fue insuficiente para llegar a ver el esperado efecto lumínico en el que los vitrales del altar mayor se reflejan justo debajo del círculo colorido de la fachada principal. Como parece la figura del ocho, se le ha llamado coloquialmente el Vuit de la Seu, pero este nombre es incorrecto.
El día anterior también podría haberse visto casi perfecto y por ello acudieron a la Catedral los alumnos y profesores de varios colegios, aunque las nubes no lo permitieron. Hoy domingo hay una nueva oportunidad si sale el sol, aunque la exactitud no será la misma que el 2 del 2 y el 11 del 11, cuando la Seu vive su momento de mayor esplendor.
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