La Empresa Municipal d'Aigües i Clavegueram (Emayaadjudicó ayer en un consejo de administración extraordinario las obras del nuevo colector interceptor, la estación de bombeo y el tanque de laminación o de tormentas que permitirá reducir en un 90% el vertido de aguas residuales mezcladas con pluviales al mar procedentes de la estación de impulsión de la Costa del Gas.

Este porcentaje, no obstante, se reduce al 40% si se tiene en cuenta la totalidad de la cuenca de las zonas urbanas del municipio de Palma que dan a la bahía.

Lo anterior significa que si el verano pasado hubieran estado en funcionamiento estas infraestructuras solo se habrían levantado dos de las trece banderas rojas que se tuvieron que colocar en las playas debido al vertido de aguas residuales mezcladas con las pluviales, tras episodios de lluvias.

Las obras han sido adjudicadas a la unión temporal de empresas liderada por Acciona, por un importe de 22,6 millones, lo que ha supuesto, tal como resaltó la presidenta de Emaya y teniente de alcalde de Ecología, Agricultura y Bienestar Animal, Neus Truyol, "una importante rebaja económica" en relación a la cifra de salida de 26 millones.

Además, en la oferta de esta empresa se ha introducido la "mejora" consistente en la duplicación de la capacidad de retención de aguas mixtas del tanque de laminación que se construirá junto a la depuradora del Coll d'en Rabassa. De esta forma, este depósito podrá retener 50.000 metros cúbicos de aguas mixtas en lugar de los 25.000 inicialmente proyectados, lo que dará un mayor margen de posibilidades de tratamiento sin la necesidad de verter el sobrante al mar.

Dos metros de diámetro

El nuevo colector interceptor general de aguas mixtas arranca en las Avenidas a la altura de la calle General Ricardo Ortega. La tubería, de dos metros de diámetro, discurrirá por el subsuelo de esta calle y por otras hasta alcanzar la distancia de 3,2 kilómetros y conectar con la depuradora del Coll d'en Rabassa.

El agua discurrirá por gravedad a una profundidad de entre 5 y 12 metros y se construirá por el sistema de tunelaje, lo que supondrá que no se deberá abrir la totalidad de la superficie de las calles afectadas.

El depósito de laminación tiene como objetivo la retención de las primeras aguas de lluvia con el fin de evitar que lleguen al mar y viertan en las aguas de la bahía la contaminación arrastrada. Dispondrá de cuatro bombas y otros elementos de separación de sólidos, pozos y de un grupo electrógeno.

Según Truyol, cuando estas infraestructuras estén en funcionamiento se evitará el vertido al mar de 900 toneladas de residuos. Las obras podrían iniciarse el próximo mes de marzo si no se presentan recursos que obliguen a aplazarlas y tienen una duración prevista del 18 meses, por lo que finalizarían en septiembre de 2021.

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