El ayuntamiento de Palma, proyecto que ya ha topado con la firme oposición de la propia Seu y de la asociación conservacionista ARCA. La instalación de báculos con focos de seis metros de alto ante la fachada de la Almudaina ha hecho saltar las alarmas, pero lo que preocupa de verdad a los expertos es el soterramiento de luces en el perímetro del templo religioso, donde Gaudí intervino a principios del siglo XX. Esta instalación "invade" el área de protección del monumento, advirtió ayer Mercè Gambús, coordinadora científico-técnica del departamento de Cultura, Patrimonio, Museos y Archivo de la Catedral.

La responsable de Patrimonio de la Catedral manifestó ayer estar "perpleja" ante la desinformación por parte del Ayuntamiento y del Consell de Mallorca, cuya comisión insular de Patrimonio dio el visto bueno a ciertas modificaciones de este proyecto municipal el pasado diciembre sin haber dado parte a la Seu, que paradójicamente figura en el expediente como promotora de la nueva iluminación. Ante esta situación, Gambús envió una carta a la directora insular de Patrimonio, Kika Coll, a principios de enero, con copia a todos los implicados en esta intervención (incluido el regidor de Infraestructuras del Ayuntamiento y otros cargos municipales), sin recibir respuesta oficial.

Hasta el momento, la única información que la Catedral ha tenido sobre la nueva iluminación exterior del templo es lo que ha visto publicado en este diario y la que recientemente les ofreció el arquitecto responsable del proyecto, Ignacio Salas, el único en responder a su carta, explicó ayer Gambús. Fue en esta reunión cuando la experta en la conservación de la Catedral se percató de la instalación de luces soterradas en el pavimento exterior de la Seu, que "es área sacra delimitada por el arquitecto Antoni Gaudí entre los años 1912 y 1913", cuando se construyó la red pública de aceras urbanas, recordó Mercè Gambús.

La historiadora también considera necesario informar a Patrimonio Nacional de la instalación de los báculos frente a la fachada de la Almudaina. Sobre este punto, ARCA exigió ayer la paralización del proyecto para rectificar los "pasos erróneos". La entidad considera que esas columnas, que tendrán una altura de seis metros, producirán "un efecto pantalla distorsionante de la Almudaina". ARCA también exige que se haga una prueba para comprobar su idoneidad, como se hizo en el mirador de la Seu.