La calle Sant Miquel volvió ayer a ser el zoo para las mascotas de personas como Domingo que a sus 91 años quiso que sus dos canes, Cariñoso y Coco, reciban la bendición de Sant Antoni. "Cariñoso es mallorquín y el Coco es catalán", explica sentado en su silla.

Como él, cientos de animales desfilaron ayer en la mañana frente a la capilla de Sant Antoniet para recibir el agua bendita de manos del párroco de la iglesia de Sant Miquel Antoni Gomila.

Palma es de los canes a tenor del desfile animal que ha llenado Sant Miquel de centenares de perros. Algún gato, un par de tortugas como Harry Poter o Hermione de una niña que las llevó custodiadas en una fiambrera, y las más llamativas águilas harris, un buho ninot y una lechuza común.

Los socios de la Associació de Falconers Illes Balears como Pedro Alemany lucieron con orgullos sus aves rapaces, los animales más exóticos que se vieron ayer en las Beneïdes de sant Antoni.

Atentos sin perder detalle estaban los ancianos de la residencia de Sant Miquel, en primera fila, cerca del alcalde Antoni Noguera, y los regidores Neus Truyol, José Hila y Llorenç Carrió. De la oposición, Lourdes Bosch, del PP, y Pep Lluís Bauzà, de Ciudadanos.

"Se ve menos gente, este año", comentó un asiduo a las bendiciones de Sant Antoni, el prolegómeno de la fiesta de sant Sebastià.

No faltó la asidua Linita Mut, acompañada de su perrita Kity que con 12 años "me hace tanta compañía como mi familia", reía.

Edu Tuya ocupaba sus brazos en proteger a Mía y a Nani, sus dos pomeraners, que lucen esbeltas a sus diez años.

No se libraron de la tradicional bendición los caballos de la Policía Montada de Palma que entre aplausos abrieron el desfile que empezó en la Catedral.

Los voluntarios de Son Reus aprovecharon las bendiciones para repartir una pequeña guía de promoción de la adopción de animales. El 2018 se adoptaron 771 perros y 494 mininos.

Desde Son reus se informó de que el año pasado se redujeron un 2 por ciento las entradas de perros en Son Reus en a Son Reus y un 26% en cinco años.