La piscina de s'Aigo Dolça en El Terreno, construida en 1941, lleva cuatro décadas de degradación seriamente contestada por el vecindario sin alcanzar respuesta firme hasta ahora. El concurso de ideas convocado por este equipo municipal ya tiene ganador: el estudio Barceló Balanzó arquitectos, con despacho en Barcelona y Palma. En 2018 también ganaron el concurso del Palau d'Esports Juego del Mediterráneo de Tarragona. Se presentan al concurso con los ingenieros Aia.

El arquitecto mallorquín Antoni Barceló y la catalana Bàrbara Balanzó, de acuerdo al planeamiento municipal, contemplan un equipamiento deportivo con dos piscinas, gimnasio, solarium, tres plantas de aparcamiento en el semisótano y un restaurante. En la parte superior habrá pistas de paddle. La superficie es de 6.084 metros cuadrados.

El coste estimado del nuevo equipamiento es de 5,5 millones de euros que estarán financiados por los fondos europeos Feder en un 50 por ciento, al tratarse de una zona incluida en el Plan Litoral de Ponent. El compromiso es que en un plazo de tres meses los arquitectos hagan la redacción básica del proyecto y el ejecutivo.

La infraestructura de este edificio ocupa gran parte de una tapa medianera semienterrada mientras que la otra se aleja de los vecinos. Éste último cuerpo tiene forma de prisma.

La nueva cara de la piscina de s'Aigo Dolca supondrá su recuperación para la ciudad a la vez que "tapará la herida" en una zona enferma.

Las piscinas de s'Aigo Dolça se inauguraron en 1941. A mediados de los setenta se clausuraron. Cort alcanzó un acuerdo y permutó con el grupo Melià, uno de los propietarios de las instalaciones, mediante la cesión de uso para sus clientes de una planta del estacionamiento subterráneo del Marqués de la Sènia. Con el otro propietario, Hacienda, se alcanzó un acuerdo de cesión a cambio de la ejecución de las obras que se ha prorrogado en numerosas ocasiones.

Dos piscinas, tres plantas de aparcamiento, gimnasio, solarium y restaurante

El proyecto ganador del concurso se ajusta a la propuesta y planeamiento de volumetría indicada por la gerencia de Urbanismo para una zona que lleva años abandonada pese a la presión vecinal. En una superficie de 6.084 metros cuadrados, habrá dos piscinas, tres plantas de aparcamiento en el semisótano con 100 plazas, gimnasio, solarium y restaurante.