Con inusitada tranquilidad aguarda la niña Carla la llegada de los pajes de los Reyes Magos que se acercaron a la plaza de Cort donde cientos de pequeños entregaron la misiva de sus deseos. Ella ha sido precavida y lleva ya varios días con la carta enviada. "Espero que llegue", dice. Ha pedido, entre otros juguetes, una muñeca interactiva.

Antes de que se acercaran a Cort los emisarios de Melchor, Gaspar y Baltasar, ya se concentraron cientos de niños que eligieron dar en mano la carta con sus deseos. "Así seguro que el paje se la da a Gaspar, que es mi rey favorito", indica Ana. No sabe por qué pero "es el que más me gusta".

Al filo del mediodía, se empezaron a escuchar los sones de trompetas que anunciaban la llegada de los pajes reales, que portaban los estandartes de sus respectivos reyes. Pese al largo camino, no parecían cansados. La ilusión de los niños les contagiaba, y su misión, además, es casi mágica. De Oriente a Palma en camello.

Amalia y Alicia, las dos hijas de Rosario Sánchez, la delegada de Gobierno en Balears, también quisieron ver de cerca a los representantes de sus Majestades. Ente otras peticiones, ambas pidieron sendas combas.

Los pajes fueron recibidos con aplausos y una mirada más grande que la lista de deseos de niños como Lua que empieza a enumerar y no para. Su carta es preciosa, el sobre está lleno de colorines. "He sido buena", asegura. Imposible no creerla. Se va a la cola a ejercitar la paciencia. Son muchos los que quieren dar su misiva a los emisarios de los tres de Oriente.